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Grupo de Política Monetaria UCH: Efectos de la pandemia podrían prolongarse en hasta 2 años en Chile

En la víspera de un nuevo Informe de Política Monetaria del Banco Central que se dará a conocer este miércoles, los economistas que integran el Grupo de Política Monetaria de la Universidad de Chile abordaron el escenario macroeconómico del país.

Como definición principal, recomendaron que la tasa de interés se mantenga por un periodo extendido en su mínimo técnico actual, de 0,5%, tomando en cuenta las crecientes presiones deflacionarias que se han ido registrando por una disminución del consumo, asociada al desempleo.

Justamente en el comunicado de la reunión mensual proyectan que la destrucción de empresas y puestos de trabajo podría prolongar los efectos de la crisis en hasta dos años más, antes de retomar una senda de reactivación económica.

Pese a que también se hace un énfasis en la alta volatilidad del escenario para hacer proyecciones, el gerente general de Gémines, Tomás Izquierdo, anticipó que las cifras macroeconómicas aún están viendo correcciones a la baja, y no mejorarán hasta conocer algún signo de contención del virus.

Un factor que fue evaluado positivamente en la reunión fue el acuerdo por el Plan Económico de Emergencia, destacando que esta amplia acción fiscal da mayores certezas respecto a una contención de los efectos de la crisis.

Aún así, el académico de la Universidad de Los Andes, Carlos Budnevich, sostuvo que es fundamental consolidar un acuerdo de responsabilidad respecto a comprometer una reducción de la deuda pública.

En la misma línea, la académica de la Universidad Católica, Verónica Mies, concordó con la importancia de reducir el endeudamiento, aunque, en lo inmediato, adelantó que es importante ser flexibles en cuanto al aumento del gasto.

El análisis de los especialistas toma como referencia el avance de la pandemia en el hemisferio norte, principalmente en China y Estados Unidos, donde hoy, el temor a una segunda ola de contagios, en medio de la reapertura gradual de la economía, empujó los mercados globales a la baja, con un marcado desplome en las bolsas asiáticas, y en el precio del cobre, que retrocedió 2,4% hasta dos dólares con 56 centavos la libra.

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