Diversos laboratorios se encuentran actualmente realizando investigaciones y pruebas para poder desarrollar una vacuna contra el Covid-19.
Una de ellas es el laboratorio Janssen, una filial de Johnson & Johnson, la cual está trabajando arduamente en encontrar una solución al virus. Se trata de una farmacéutica que desarrolló anteriormente las vacunas para el ébola, que ocasionó la muerte de más de 11.300 personas en África Occidental entre 2014 y 2016.
En conversación con BioBioChile, la Dra. Paula Barreyro, médico graduada de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) y quien forma parte de Janssen Pharmaceutical Companies de Johnson & Johnson desde hace más de seis años, explicó que si bien el desarrollo de una vacuna en condiciones normales podría tardar años, esperan tener lista la vacuna para el coronavirus en 2021.
Sin embargo, tal como recoge CNN Chile, también existe la posibilidad de que no se pueda desarrollar ninguna vacuna de estipo tipo.
En este complejo escenario, apunta el citado medio, las sociedades deben aprender a vivir con el virus, devolviéndose algunas libertades aunque de manera limitada.
Eventualmente podrían desarrollarse tratamientos, no obstante podrían continuar los brotes de la enfermedad, aumentando la cifra de fallecidos.
Y aunque usualmente no se habla de esta posibilidad, hay expertos que se toman de manera muy seria este escenario, principalmente porque es algo que ya ha ocurrido anteriormente.
El Dr. David Nabarro, profesor de salud global en el Imperial College de Londres, recalcó que hay algunos virus contra los cuales aún no existen vacunas.
“No podemos asumir absolutamente que una vacuna aparecerá, o que si aparece pasará todas las pruebas de eficacia y seguridad”, mencionó al citado medio el experto, quien además se desempeña como enviado especial a la Organización Mundial de la Salud para el Covid-19.
“Es absolutamente esencial que todas las sociedades en todas partes se pongan en una posición en la que son capaces de defenderse contra el coronavirus como una amenaza constante y de poder vivir la vida social y la actividad económica con el virus en nuestro medio”, añadió.
Eso sí, a diferencia de otras enfermedades como la malaria o el VIH, el coronavirus no muta rápidamente, razón por la que los científicos confían en que habrá una vacuna en el futuro.
Si nos remontamos en la historia reciente de la humanidad, podremos encontrar otros casos similares en los que nos hemos visto en la urgencia de hallar una cura para determinadas enfermedades.
A modo de ejemplo, en 1984 la entonces secretaria de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Margaret Heckler, anunció que los científicos habían logrado identificar el virus que luego se conoció como VIH, indicando que una vacuna preventiva estaría lista para comenzar a ser probada en dos años.
Sin embargo, 36 años -y varios millones de muertes- después, esta vacuna aún no ha llegado. A su vez, ha resultado extremadamente complejo para los científicos desarrollar vacunas para los rinovirus y adenovirus comunes, las que pueden causar síntomas de resfriado. Por ahora sólo hay una vacuna para prevenir dos cepas de adenovirus, y no está disponible comercialmente.
Cabe destacar que junto a las investigaciones que se llevan a cabo para desarrollar una vacuna contra el Covid-19, además se han estado probando tratamientos en paralelo. No obstante, aún se encuentran en etapas tempranas.
De hecho, hace algunos días el Dr. Patricio Manque, inmunólogo y vicerrector de Investigación de la Universidad Mayor, detalló a BioBioChile que más allá de las medidas de prevención y el distanciamiento social, “hay un par de cosas más que se están intentando, y es verificar si existen medicamentos que ya venimos usando las personas, y que podrían ser efectivos contra el coronavirus”.
“Se están haciendo ensayos clínicos para verificar si estos medicamentos se podrían usar en el caso de esta infección. La ventaja de esto es que son medicamentos que ya se usan en seres humanos, y por lo tanto ya está asegurado que no causan daño o conoces bien sus efectos, entonces hay una serie de medicamentos que se están observando”, destacó.
“Y lo otro que se está haciendo es lo que se denomina transferencia masiva de anticuerpos, y que consiste fundamentalmente en lo siguiente: si tú te infectas por coronavirus, y sobrevives a la infección, significa que desarrollaste anticuerpos protectores, los cuales están en tu sangre. Entonces, lo que se hace en este caso, es tomar un paciente, por ejemplo una persona que se haya recuperado, que esté bien de la infección, se le extrae sangre y después se le extrae su suero, en el cual se asume que están los anticuerpos que lo protegieron cuando estaba enfermo”, añadió.
“Esos anticuerpos se administran en personas que están en estado crítico o que están muy enfermas por el coronavirus, y lo que harías es traspasar los anticuerpos de una persona saludable a una que está enferma. Eso es muy prometedor, ya se ha hecho con otras enfermedades, se están haciendo algunos ensayos clínicos en Estados Unidos”, enfatizó.
En ese sentido, el profesional detalló que la gran ventaja es que “podrías tomar a toda la gente que se está recuperando, extraerles sangre y crear un gran banco de anticuerpos protectores, porque si tú sobrevives a la enfermedad fue porque desarrollaste anticuerpos protectores, esa es la idea que estamos siguiendo. El problema podría ser que algunos de estos anticuerpos pudiesen causar daños en la persona a la cual se le está administrando, y por eso se están haciendo ensayos clínicos”.
“Entonces, mientras desarrollamos la vacuna que no debería estar antes de 24 meses, vamos a ir probando estas dos estrategias: los medicamentos que ya se usan para otras enfermedades versus efectividad en coronavirus, y segundo, lo que se dneomina transferencia masiva de anticuerpos”, cerró.