Con profundo pesar, la Diócesis de Copiapó informó el fallecimiento de Mons. Gaspar Francisco Quintana, quien partió en la madrugada de este sábado a la Casa del Padre, dejando una huella imborrable en la Iglesia de la región de Atacama por su cercanía, servicio y vocación pastoral.
Con esperanza cristiana y en un ambiente de recogimiento, el obispado de Copiapó comunicó el fallecimiento de Mons. Gaspar Francisco Quintana, obispo emérito de la Diócesis de Copiapó. El deceso se produjo cerca de las cinco de la madrugada de este 27 de diciembre, en la Residencia Santo Cura de Ars, lugar donde pasó sus últimos días.
Mons. Quintana fue investido como Obispo de Copiapó en una solemne ceremonia celebrada en la Basílica del Corazón de María, la cual fue presidida por el cardenal Francisco Javier Errázuriz y contó con la presencia de todos los obispos del país, además de una multitud de fieles que acompañaron con afecto al nuevo pastor. En aquella ocasión asumió el cargo en reemplazo de monseñor Fernando Arístia, quien había presentado su renuncia por motivos de salud.
Nacido en Santiago, Mons. Quintana tenía 64 años al momento de asumir el episcopado. Fue ordenado sacerdote en 1964, tras completar su formación eclesiástica en Chile y Argentina, y obtuvo la licenciatura en Teología en Roma. Antes de ser nombrado obispo por Su Santidad Juan Pablo II, se desempeñaba como superior mayor de los Misioneros Claretianos en Chile. Además de su vocación religiosa, fue profesor de música y un reconocido amante del fútbol.
Desde la diócesis destacaron su entrega generosa, su espíritu de servicio y el fecundo ministerio desarrollado en la Región de Atacama, valores que marcaron profundamente a la comunidad diocesana. “Confiamos en que el Buen Pastor lo reciba en su Reino y le conceda el descanso eterno”, señalaron en un comunicado oficial, también se destacó por su defensa del medio ambiente, especialmente en el valle del Huasco.
En los próximos momentos se informarán los detalles y horarios de la misa de exequias y funerales, para que la comunidad pueda despedirlo de manera conjunta. El obispado de Copiapó llamó a unirse en oración, bajo la protección de Nuestra Señora de La Candelaria, pidiendo consuelo para quienes sienten su partida y fortaleza en la fe para toda la diócesis.