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Peritos, nanas y víctimas: los testimonios que perpetúan como culpable de violación a Jorge Tocornal

Más de una decena de peritos de distintas disciplinas que accedieron a los antecedentes y examinaron psíquica y físicamente a las víctimas llegaron a la misma conclusión en el juicio de 2007: Jorge Tocornal agredió sexualmente a sus dos hijos menores de edad. El testimonio de las asesoras del hogar y el de las profesoras de los pequeños terminó siendo clave para establecer la condena a más de 13 años de cárcel. 18 años después, tras una nueva revisión de la Corte Suprema, esos mismos antecedentes perpetúan al ingeniero como culpable. Pese a todo, cuando falleció en septiembre de este año, Jorge Tocornal lo hizo reivindicándose como “víctima” de “un sistema injusto”.

La Corte Suprema rechazó la tercera acción de revisión presentada por la defensa del hoy fallecido exsubgerente del BBVA, Jorge Tocornal Babra, en contra de la sentencia de abril de 2007. En esa oportunidad, el ingeniero fue condenado a más de 13 años de cárcel tras ser declarado culpable de los delitos de violación en contra de uno de sus dos hijos y de determinación a la realización de actividades sexuales en contra de esa misma víctima y su hermano, ambos menores de edad a esa fecha. Testimonios de profesoras, las nanas y peritajes físicos forman parte de un sólido cúmulo de pruebas que —casi 20 años después y pese a la retractación de una de las víctimas— confirman que Tocornal siempre fue culpable.

El máximo tribunal consideró que los antecedentes expuestos en el actual proceso no reunían los requisitos, ni alcanzaban los estándares que la causal invocada en la presentación exige para la revisión de una sentencia. Y es que, cinco meses antes de que Tocornal falleciera, específicamente el 22 de abril de 2025, su hijo mayor de iniciales J.A.L.P. —mismo que testimonió en su contra en el juicio— se presentó en la Fiscalía Regional Metropolitana Oriente para retractarse otra vez.

Se trataba de la segunda vez que el joven intentaba revertir la suerte de su progenitor. Ya lo había intentado en 2019 cuando llegó hasta la oficina del entonces reputado abogado Luis Hermosilla, que había defendido a Tocornal en el juicio, para declarar ante un notario presente en el lugar que su papá nunca lo había violado.

La grosería

En esta oportunidad, J.A.L.P. expuso ante el fiscal Felipe Cembrano Lassette que luego de la separación de sus padres se sintió insignificante, amenazado y en peligro. Fue entonces cuando, aseguró, comenzó a ver la mentira como una herramienta para evadir castigos que se le imponían.

En ese contexto, declaró el joven, se generó la mentira de que su papá había cometido hechos de significación sexual en su contra. En particular, recordó que todo comenzó cuando la empleada de la casa de su mamá lo sorprendió diciendo groserías. Fue ahí, según dijo, cuando él justificó sus dichos mintiendo sobre una serie de acciones de su padre.

Con ese nuevo antecedente bajo la manga, la Defensoría Penal Pública —en representación de Tocornal Babra— dedujo este año una tercera acción de revisión de la sentencia. Argumentaron que la declaración de J. fue determinante en el juicio.

Por ende, con la retratación sobre la mesa, “no existiría prueba alguna” que incriminara a su representado. En este escenario, manifestó la DPP, era posible establecer la inocencia del ingeniero.

Sin embargo, en respuesta, el Ministerio Público esgrimió que tanto en el relato de J. ante notario de 2019, como en la declaración jurada ante el fiscal Cembrano, se advertía la presencia de varios de los factores de riesgo más significativos que, según la literatura especializada, inciden en los procesos de retractación de las víctimas: relación conflictiva con la madre; sentimiento de culpa y vergüenza por su declaración en el juicio; relación previa con la persona agresora y comentarios de sus compañeros de colegio que ponían en duda su relato.

No hay nuevo antecedente

En su resolución, el máximo tribunal echó por tierra los argumentos presentados por la defensa del fallecido ingeniero. A juicio de la Sala Penal del máximo tribunal, integrada por el ministro Leopoldo Llanos, los suplentes Roberto Contreras y Victoria Quezada y los abogados integrantes Pía Tavolari y Eduardo Gandulfo, la sola retracción de una de las víctimas no era suficiente.

“(…) la jurisprudencia ha requerido respecto de la causal invocada, que se trate de prueba en virtud de la cual se demuestre que no existe ninguna duda acerca de la inocencia del condenado, o lo que es lo mismo, que ésta se evidencie en forma fehaciente. En otras palabras, el hecho o documento nuevo esgrimido, debe bastarse a sí mismo para acreditar fehacientemente la inocencia del condenado”, reza la sentencia.

Sobre el relato en específico, el tribunal indicó que no constituía “un nuevo antecedente que sea de tal entidad, que su sola verificación descarte un supuesto fáctico fundamental para el establecimiento de los hechos punibles atribuidos al condenado Tocornal Babra o de su participación en ellos, en términos tales que justifiquen dejar sin efecto una sentencia condenatoria”.

Además, se tuvo en consideración que el testimonio de J. no fue lo único que tuvo presente el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago para condenar dos veces a Tocornal, luego que ese anulara el primer juicio.

Peritos y más

En concreto, se recordó que para llegar a la convicción los jueces del Tercer TOP capitalino ponderaron distintos medios de prueba aportados por los intervinientes.

Aquí figuran —de acuerdo con una revisión a la sentencia de la Unidad de Investigación de Bío Bío— el testimonio del otro hijo que fue víctima de Tocornal, además de testigos y la declaración y antecedentes expuestos por peritos que examinaron psíquica y físicamente a los menores de edad.

Según consta en el documento, ya en 2007 se había desestimado un complot de parte de los niños y su madre. Precisamente las profesoras de ambos sirvieron como evidencia para comprobar que ninguno de ellos tendía a mentir, como se había deslizado por la defensa del padre, encabezada por Luis Hermosilla.

Las docentes calificaron a la víctima de violación como un niño transparente, que no era mentiroso, que reconocía sus errores. A las profesionales les llamó la atención que la conducta del menor era más “angustiosa” y “depresiva” cuando volvía de las visitas con su progenitor, quien a la fecha de los hechos estaba separado de la madre de sus hijos. Estos cambios fueron referidos también por la mujer, por la nana y por el médico tratante. Por contraparte, Tocornal fue descrito por los peritos como un hombre de “personalidad narcisista” y con dificultades en el manejo de su sexualidad adulta, con “impulsos voyeristas no integrados”.

La revelación a “la nana”

Justamente las asesoras del hogar jugaron un rol fundamental en la causa contra Tocornal. Fue una de ellas quien recibió la “revelación” de parte de un niño. Es ella quien da a conocer lo sucedido a la madre, quien se “desmoronó” ante lo sucedido. “Ese día el niño estaba muy nervioso, temblaba y lloraba y le rogó no se lo contara a su mamá”, testimonió la empleada. Respecto de la madre, dijo que “quedó muy schockeda y no hallaba qué hacer”.

La mamá, por su parte, relató en el juicio que el menor le confirmó lo sucedido. De acuerdo a su testimonio, su hijo le contó que el padre “lo amenazaba con que le quitaría los juguetes si decía algo”, que lo “dejaría encerrado” y que lo había “amenazado con un cuchillo”.

Según consta en testimonios de psicólogos vertidos en el juicio, existen “indicadores directos de agresión sexual y de daño” en contra de los menores. Conclusiones que “fueron observadas y avaladas por once peritos del Instituto Médico Legal”.

Asimismo, declararon médicos que confirmaron lesiones en los menores congruentes con una agresión sexual.

“Se ha planteado que los niños serían los artífices del complot y que lo han traspasado a los siquiatras, a los sicólogos y a los peritos del Instituto Médico Legal”, cuestionó durante el juicio el Ministerio Público. “Hay un cúmulo de antecedentes que existen; ¿Cómo se van a obviar?”, se preguntaron los abogados Ricardo Gertosio Swanston, Luis Jaramillo Santibáñez y Rodrigo de la Barra Cousiño, quienes sostuvieron la acusación fiscal.

Cuando falleció en septiembre de este año, Jorge Tocornal lo hizo reivindicándose como “víctima” de “un sistema injusto” y de acusaciones que calificaba de falsas. Esa narrativa, plasmada en entrevistas y un libro de su autoría, sin embargo, convivía con el expediente cargado de pruebas en su contra. Mismas que hoy lo mantienen como culpable, pese a la retractación de una de sus víctimas.

“La defensa ha criticado la actitud de la madre en el juicio y ha señalado que hizo un show, pero… ¿Qué más se le puede pedir a una madre que ha sufrido así?”, reflexionó, en tanto, el abogado querellante.

Fuente: BioBioChile

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