Chile se encuentra en la antesala de una transformación productiva impulsada por la Estrategia Nacional del Litio. Esta nueva etapa no puede limitarse solo a optimizar la extracción de una materia prima; debe ser la llave para una verdadera transición: de exportar recursos brutos a exportar innovación y desarrollo de valor agregado. En este crucial desafío, la academia y, en particular, las universidades estatales regionales, tienen un rol insustituible.
La Universidad de Atacama (UDA), única universidad estatal de la región, asume el mandato de generar innovación con pertinencia territorial. La innovación relevante para el Litio debe nacer de la colaboración local entre la ciencia y el territorio para asegurar su pertinencia y su impacto efectivo en la zona norte y en el país. Por ello, actuamos como el socio estratégico que transforma los desafíos de la región en soluciones transferibles que impactan directamente en la cadena de valor minera. Para dejar atrás el modelo que se ha limitado históricamente a la extracción, para avanzar hacia la Transferencia Tecnológica efectiva, esperando construir capacidades regionales y, finalmente, exportar conocimiento e innovaciones con nuestras materias primas como eje. Esta visión se materializa en alianzas estratégicas y en el desarrollo de conocimiento aplicado.
En primer lugar, destacamos la Alianza Estratégica con el Instituto Nacional de Litio y Salares (INLiSa). Como Directora de Innovación, Desarrollo y Transferencia, he sido encomendada por el rector de la UDA para formar parte del Comité Regional del INLiSa. Esta instancia reúne al ecosistema público-privado para entregar la visión territorial y las prioridades regionales en torno al Litio. Desde este rol, buscamos que la vinculación con el medio sea la plataforma para conectar el conocimiento académico con la demanda real, facilitando una transferencia tecnológica basada en la co-construcción.
En segundo lugar, se encuentra el Proyecto Anillo de Litio ANID, que lideramos en colaboración con otras universidades estatales. Nuestro foco es resolver desafíos específicos de la industria regional, como la compleja remoción y recuperación de magnesio en salmueras, valorizando como un subproducto para optimizar la eficiencia y sostenibilidad.
Lo más relevante es el camino entre la investigación y la transferencia: el conocimiento de este proyecto es esencial para el INLiSa y, para acortar la brecha hacia el desarrollo empresarial, hemos sellado un convenio con CIPTEMIN que permitirá el pilotaje de estas innovaciones. Esta estrategia de innovación abierta es nuestra hoja de ruta: fortalecer la investigación institucional de la mano con una mayor vinculación con el entorno para responder a los desafíos regionales y del país.
Estos ejemplos demuestran que la ciencia Pública regional es la herramienta más poderosa para diversificar la matriz productiva y generar valor agregado en origen.
Nuestro rol como universidad es indiscutiblemente la generación de conocimiento y el avance en investigación y desarrollo. Somos la fuente de las líneas base, las nuevas tecnologías y la evidencia científica que el país requiere. Sin embargo, para lograr un verdadero desarrollo y dejar atrás la exportación de materias primas en bruto, se necesita un esfuerzo tripartito e ineludible.
La academia sienta las bases a través de la investigación y la generación de conocimiento. Pero es la industria, mediante la inversión y el riesgo empresarial, la que debe aplicar esos saberes, escalarlos y llevarlos al mercado global. Cuando la investigación científica se traduce en una oferta tecnológica comercializable, recién entonces podemos hablar de exportar desarrollo. La universidad abre el camino con ciencia; la empresa lo pavimenta con negocios y valor agregado.
Fortalecer la capacidad de investigación y desarrollo en las regiones, junto con los recursos y las comunidades, es clave para transformar el litio y otros minerales en motores de desarrollo local. Solo así podremos asegurar que el futuro de la minería sea no solo un buen negocio, sino también un proyecto de país sostenible e innovador.
Por Carolina Blanco, Directora de Innovación, Desarrollo y Transferencia de la Universidad de Atacama.
