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Isabel Guevara, violinista: FOJI ha sido parte fundamental de mi vida, marcando mi historia

Tras casi una década formando parte de la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional Atacama,  a la que ingresó en 2016, Isabel se prepara para cerrar su etapa como becada con los dos conciertos de noviembre, culminando un proceso de aprendizaje guiado por la música, la disciplina, el compañerismo y el cariño del público.

Después de todo un año de trabajo, la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional de Atacama (OSJR Atacama), de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI), se prepara para sus conciertos de cierre el próximo 7 y 8 de noviembre en Vallenar y Copiapó, donde expondrán al público el resultado de horas de ensayos parciales, seccionales y tuttis, siempre guiados por el el gran equipo de instructores y su director musical, Fabián Valenzuela.

Presentaciones que para Isabel Guevara Alvarez tendrán una connotación muy relevante, ya que serán los últimos conciertos del ciclo que ella comenzó el año 2016 y que ha enriquecido su vida tanto en lo personal como en lo músical a través del aprendizaje y perfeccionamiento de la práctica del violín.

Isabel ingresó a los 13 años a la OSJR Atacama de FOJI motivada por su profesor de violín, se presentó a la audición y fue seleccionada, lo que a su entonces corta edad representó un gran desafío, ya que hasta entonces solo conocía la pequeña orquesta de enseñanza básica del Liceo de Música, mientras que en su nueva orquesta se encontró con repertorios más exigentes, más músicos en escena y de edades diversas.

“FOJI me ha enseñado disciplina y me ha dado herramientas para organizarme y desenvolverme en distintos ambientes, especialmente durante las giras. Ha sido una parte fundamental de mi vida, un espacio que me permite nutrir y gratificar mi espíritu, porque la música realmente me apasiona”,  cuenta la joven que actualmente tiene 23 años y cursa cuarto año de la carrera de Obstetricia y Puericultura en la Universidad de Atacama.

Isabel ha pasado gran parte de sus adolescencia y juventud siendo parte de FOJI, en ella ha podido crecer junto a sus compañeros y ha adquirido herramientas que no solo le permiten desarrollarse como músico sino que también como una persona integral en distintos ámbitos de su vida. Al llegar a la edad límite para permanecer en la orquesta, espera con una mezcla de ansias y nostalgia los próximos conciertos. “FOJI te educa, te enseña y te aporta conocimientos, y al mismo tiempo brinda una gran satisfacción al permitir ofrecer conciertos a la comunidad. Compartir la música con el público es gratificante, porque es algo que disfrutas y además te das cuenta de que los demás también lo valoran” explica sobre su experiencia.

Un periodo complejo durante su periodo de formación fue la pandemia, donde la Fundación tuvo que adaptar sus procesos formativos para dar continuidad a sus actividades, Guevara recuerda su participación en la orquesta, durante este periodo como un hecho clave en su vida: “La verdad, FOJI me salvó. Iba en cuarto medio y mi vida dio un giro rotundo,  a punto de terminar el colegio y vivir nuevas experiencias, tuvimos que quedarnos en casa por la pandemia. Tocar me ayudó a mantenerme en equilibrio, a seguir estudiando y a cumplir con exigencias igual de altas que las de la orquesta”.

Otro de los momentos vividos que atesora especialmente, fue cuando el año 2017 FOJI organizó un encuentro macrozonal donde  se reunieron a las Orquestas Sinfónicas Juveniles Regionales de Atacama, Coquimbo y Valparaíso para presentar varios conciertos. Aquella experiencia le permitió crear lazos que perduran hasta hoy y, al mismo tiempo, significó un gran impulso en su aprendizaje, al ver cómo otros jóvenes músicos lograban interpretar obras de mayor complejidad.

En una región extrema como Atacama, donde el acceso a la oferta cultural en torno a la música sinfónica es limitada, la labor de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI) adquiere un valor especial. A través de la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional de Atacama, integrada por 42 niños, niñas y jóvenes provenientes de las comunas de Caldera y Copiapó, se refuerza el compromiso de la Fundación por abrir espacios de desarrollo artístico y educativo para quienes encuentran en la música una forma de expresión, crecimiento y encuentro entre pares.

Gracias a este trabajo sostenido, FOJI ha logrado fortalecer el acceso a la formación musical en el territorio, impulsando talentos regionales y fomentando una red cultural que une a todo el país. Así, la música orquestal se ha convertido en una oportunidad concreta para el desarrollo integral de las y los jóvenes atacameños, generando además un impacto positivo en sus familias y comunidades.

Historias como la de Isabel, reflejan el profundo alcance de esta labor. Su paso por la orquesta no solo marcó su crecimiento musical, sino también su desarrollo personal y su compromiso con la cultura de su región. Su experiencia resume el espíritu de FOJI, demostrando que la música puede transformar vidas.

Sobre FOJI

La Fundación Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, FOJI, se dedica a elevar el desarrollo social, cultural y educacional del país, brindando oportunidades para que los niños, niñas y jóvenes de todo Chile mejoren su calidad de vida mediante la música y la conformación de orquestas y acercando la música de concierto a todas las personas, sin distinción.

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