Josefa y Katia lograron realizar la exhumación del cuerpo de quien sería su padre tras cuatro largos años de espera. Sin embargo, en la tumba donde se supone debía estar, no encontraron nada que tuviera que ver con él. La sorpresa y el shock se apoderó de la escena en el Cementerio Municipal de San Carlos, todos se preguntaban dónde estaba el cadáver.
Y es que esta historia, para comprenderla, se remonta a la década de los 80, cuando la mamá de ambas hermanas, según contaron Katia y Josefa, conoció a Pablo Ortíz, un reconocido agricultor de la comuna de San Carlos, región de Ñuble.
De acuerdo a lo relatado a este medio por las hermanas Fuentes, su madre tenía 17 años, mientras que el hombre 36 y hubo -dicen- una insistencia -que se prolongó por largos años- de parte de Ortíz para establecer una relación con la mamá de ambas. No ocurrió hasta 1992, cuando la mujer quedó embarazada de su primera hija, Josefa.
Pese a ello, las mujeres relataron que todas las promesas de amor hechas por Ortíz se fueron a la basura, pues obligó a la asesora de hogar a mantener en secreto el embarazo y a no revelar que él era el padre.
Cinco años más tarde, la historia se repitió. Según contó una de las hijas, Ortíz volvió a “prometerle el cielo y la tierra” para que volvieran a entablar una relación y, en medio de una situación de vulnerabilidad y necesidad, la mujer accedió. Volvió a quedar embarazada y el hombre volvió a desentenderse.
“Pablo Ortíz evadió nuevamente sus responsabilidades como padre y ejerció violencia psicológica a través de manipulaciones, control, constantes amenazas, etc. Además de violencia económica, al no entregar pensión de alimentos. Por eso en 2002, mi madre decide iniciar un proceso legal en contra de él por reconocimiento de paternidad”, sostuvo Josefa Fuentes.
Pero esta acción no llegó a buen término. “Había una relación de poder muy grande, él era un empresario reconocido, con un buen pasar. Él la amenazó, ejerció violencia psicológica, le dijo que había pagado ‘por debajo’ en la corporación para que se perdieran los papeles”, aseguró Josefa.
Demanda por reconocimiento de paternidad
En junio de 2021, Pablo Ortíz Muñoz murió de Covid-19. Fue sepultado en el Cementerio Municipal de San Carlos. En julio del mismoa año, las hermanas Fuentes iniciaron una demanda de reconocimiento de paternidad. “Nosotras éramos pobres, por eso vinimos a hacer este trámite cuando fuimos grandes, profesionales, y con los recursos para poder demandar“, afirmó Katia.
Luego de ingresar la demanda, debieron notificar a la familia del fallecido, pero les resultó casi imposible. Esa pequeña ventana de avance se abrió cuando el 13 de agosto de 2021 notificaron de forma exitosa a Maricela, una de las hijas de Ortíz, según lo que se extrae de la carpeta investigativa de la causa.
Cinco días más tarde, el 18 de agosto de 2021, la familia pagó al cementerio sancarlino para realizar el traslado del cuerpo del fallecido a Concepción para cremarlo, acción que se llevó a cabo el 2 de septiembre del mismo año, con todos los permisos correspondientes.
¿El problema? Las demandantes nunca supieron de esto, por lo mismo, continuaron con la acción legal. De hecho, ante la dificultad de llegar a la viuda de Ortíz, decidieron pagar para publicar en el Diario Oficial en marzo de 2024. De esta manera, se entiende que las partes quedan notificadas.
Ahí, se iniciaron las diligencias para realizar la exhumación del cuerpo y poder realizar la comparación de ADN y establecer la compatibilidad. Pese a sus esfuerzos, las hermanas no sabían que buscaban un cuerpo que ya no existía.

Una tumba sin cuerpo
De acuerdo a la carpeta investigativa, en mayo de 2024 el cementerio fue notificado para coordinar la diligencia correspondiente: exhumar el cuerpo.
En agosto de 2024, el Servicio Médico Legal llevaría a cabo la diligencia, pero no se concretó debido al mal clima. Asimismo, el cementerio, en ese momento, debió informar que el cuerpo no estaba donde creían. Sin embargo, las hermanas acusan que esta información no estaba en su base de datos y por lo mismo, todo siguió su curso.
Hubo un segundo intento en noviembre de ese año, pero tampoco se llevó a cabo. Finalmente, y tras cuatro años de larga espera, la exhumación del cadáver se realizó el 27 de mayo de 2025. Estuvieron presentes los abogados de ambas partes, las demandantes, el Servicio Médico Legal y personal del cementerio.
Iniciaron la exhumación en la fila 10, ubicada en patio 1 poniente norte del Cementerio Municipal de San Carlos, en búsqueda de un cuerpo que en 2021 dejó de estar allí.
Y como era de esperarse, abrieron la sepultura y no encontraron el cuerpo de Pablo Ortíz. El punto, según contaron a BioBioChile las hermanas Fuentes, es que nadie de los presentes sabía qué pasaba, dónde estaba el cuerpo.
La sorpresa fue aún mayor cuando encontraron un cuerpo femenino en la tumba donde se suponía estaba Ortíz. “No sabían qué había pasado, no hubo una respuesta de inmediato, tuvimos que esperar a que respondieran -el cementerio- formalmente al tribunal. Al no encontrar nada y percatarse de que la persona fallecida era una mujer, todos quedaron en shock y preguntándose dónde verdaderamente estaba -Pablo Ortíz”, detallaron las mujeres.
Cuatro años buscando un cuerpo inexistente
“Estuvimos por años peleando por una exhumación. Nos costó, perdimos tiempo, dinero y todo pudo haberse resuelto con un simple aviso con que a mi papá lo habían cremado hace años, pero nadie nunca dijo nada”, aseguraron las hermanas demandantes.
Debieron esperar hasta el 2 de junio de este año para saber lo que había pasado. Ahí, el cementerio respondió a tribunales y especificó todo lo narrado en este artículo, que el cuerpo había sido cremado y trasladado.
“Ahora estamos viendo qué haremos. Quizás nos querellemos contra el cementerio y con la hija que estaba notificada en 2021”, dijeron las afectadas.
Además, pretenden continuar con el procedimiento de reconocimiento, solo que esta vez con quienes serían sus hermanas. “No queremos perder el avance que ya tenemos, porque eso implicaría partir de cero, volver a notificarlas, volver a demandar, volver a contratar un abogado y retroceder en todo”, puntualizaron.
¿Qué dicen desde el cementerio?
Este medio tomó contacto con la Municipalidad de San Carlos para plantearles la situación y conocer lo ocurrido desde su punto de vista.
Eso sí, es necesario recalcar que todo el problema que atravesaron Josefa y Katia Fuentes fue durante la administración anterior, pues en diciembre asumió un nuevo alcalde para dicha comuna.
Mediante un comunicado, desde el municipio reconocieron que hubo una “omisión administrativa” atribuible a la gestión de la época en cuanto al registro de la exhumación y cremación del cuerpo de Pablo Ortíz.
Además, aseguraron que la situación “será debidamente investigada en el marco de un procedimiento administrativo interno“.
Revisa el comunicado completo a continuación
En relación con recientes informaciones vinculadas a un procedimiento judicial en materia de familia, particularmente sobre una causa de determinación de filiación paterna, esta administración considera necesario aclarar lo siguiente:
1. Los procedimientos judiciales en materias de familia, como la determinación de filiación, están amparados por el principio de confidencialidad. En consecuencia, cualquier requerimiento relacionado con la ubicación de restos inhumados en el Cementerio Municipal de San Carlos debe ser canalizado exclusivamente mediante oficio emitido por el Tribunal competente, en el marco de una consulta formal y específica.
2. No correspondía a la administración del Cementerio emitir opinión ni sugerencias respecto de eventuales directrices judiciales. A ello se suma que, de acuerdo con los registros oficiales disponibles al momento, no constaba anotación ni resolución judicial alguna que ordenara la retención o inamovilidad de los restos necesarios para la práctica de la pericia biológica solicitada.
3. Con todo, se reconoce que existió una omisión administrativa, atribuible a la gestión de la época, en cuanto al debido registro y comunicación oportuna del proceso de exhumación y traslado de un cuerpo. Esta situación será debidamente investigada en el marco de un procedimiento administrativo interno, aun cuando dicha eventual negligencia no habría tenido incidencia alguna en el resultado de la diligencia pericial, ya que, en ese momento, no existía impedimento legal para el traslado de dichos restos a solicitud de su familia.
Esta declaración se emite con el propósito de colaborar en el esclarecimiento de los hechos y reafirmar nuestro compromiso con la transparencia, la legalidad y el respeto irrestricto a los procesos judiciales vigentes.
Familia de Pablo Ortíz
BioBioChile también consultó a la familia de Pablo Ortíz sobre toda la situación, mediante uno de sus abogados representantes en la causa.
A través de un escrito, la familia respondió que cremaron al hombre para “cumplir con su deseo” y que todo fue realizado bajo los protocolos existentes.
Además, que hasta esa fecha, la cónyuge no estaba notificada, por lo que no se incumplió ninguna medida precautoria.
Sobre el cuerpo femenino encontrado el día de la fallida exhumación, sostuvieron que “es absolutamente falso que el cuerpo exhumado el día de la diligencia haya sido puesto en ese lugar en reemplazo del que se buscaba. Por el contrario, corresponde a los restos mortales de una hermana suya, quien falleció en el año 2023 y fue legalmente sepultada allí“.
Lea el comunicado completo a continuación:
Fuente: BioBioChile.cl