Más de 1.200 son los carabineros fallecidos en actos del servicio.
El 12 de junio fue instaurado el Día del Mártir Institucional, una fecha para recordar a todos aquellos que cumpliendo su deber entregaron la vida por el orden y la seguridad de la ciudadanía.
Con la Orden General 2.926, se estableció rendir homenaje a aquellos valientes hombres y mujeres que en el cumplimiento de su deber ofrendaron sus vidas para proteger a la comunidad y garantizar la seguridad y el orden en nuestro país.
Este día consagrado a la memoria de nuestros mártires nos invita a reflexionar sobre su sacrificio y también nos llama a renovar nuestro compromiso con los valores y principios que ellos defendieron con hidalguía y valor.
Este día nos recuerda la inmensa responsabilidad y los peligros que enfrentan a diario nuestro personal, en particular aquellos que como la Suboficial Mayor, Rita Olivares fue asesinada cuando participaba en un procedimiento por robo en la comuna de Quilpué. Tal vez como los suboficiales mayores Eugenio Naín y Carlos Retamal, ambos asesinados mientras cumplían sus deberes en Temuco y San Antonio, respectivamente.
Así como ellos, hay más de 1.200 funcionarios que eligieron servir y proteger a nuestra comunidad. Ellos son un digno ejemplo del cumplimiento del deber, de ese deber sagrado que hace un Carabinero cuando jura a la Bandera y a la Patria proteger con la vida si fuese necesario. Sin embargo la violencia terminó con sus vidas dejando una profunda tristeza y un llamado a la reflexión en tiempos donde la seguridad y el respeto hacia nuestras instituciones, están en el centro del debate público.
En Atacama no estamos exentos de estos mártires a quienes recordamos y valoramos. Uno es el Carabinero “Alfredo Rozas Bugueño”, asesinado el 13 de noviembre de 1972, cuando integraba una comitiva civil que investigaba delitos de robos en la comuna de Vallenar. Fue durante un allanamiento a un domicilio en pleno centro de la ciudad, donde. Mientras el joven carabinero custodiaba en un domicilio de la ciudad donde se encontraron varias especies a una pareja conformada por un hombre y una adolescente, recibió dos disparos que le ocasiona la muerte.
En Copiapó está el Sargento 2º Jaime Corrales Sánchez, quien falleció en acto del servicio el 11 de enero de 2009, luego de ser embestido violentamente por un conductor que perdió el control de su vehículo, mientras el Suboficial se encontraba en el kilómetro 28 de la Ruta C – 538, fuera de la ruta y a 10 metros al interior del desierto (camino Puerto Viejo), custodiando un automóvil que durante la madrugada había protagonizado un accidente de tránsito.
También honramos el fallecimiento del Cabo 2º Juan Carlos Ulloa Saravia (Q.E.P.D.) de dotación de la Subcomisaría Caldera, quien en agosto de 2011 producto de un accidente de tránsito cuando se trasladaba a Copiapó, falleció en cumplimiento de labores del servicio.
En Chañaral tenemos al Cabo 1° José Caballero Osandón (Q.E.P.D.), fallecido el 27 de abril de 1944, en la comuna de Chañaral luego de haber combatido una epidemia de Tifus que azotó a Chile en esa época, contagiándose y falleciendo producto de dicha enfermedad.
También en Chañaral está el Cabo 2° Juan Bustamante Quijada (Q.E.P.D.), fallecido el 19 de enero de 1949, luego que se encontrara de servicio montado en el sector costero y al ser avisado que un grupo de niños provenientes del Colegio F-8 de la localidad de Potrerillos, se estaban ahogando en la Playa Grande de Chañaral como corresponde a todo quien viste el verde uniforme, concurrió al lugar lanzándose a las aguas en cuatro oportunidades, logrando rescatar a tres de los menores, ya que en la última ocasión el cabo Bustamante falleció producto de sufrir asfixia por inmersión.
Es importante tener presente que detrás del verde uniforme hay personas, familias y comunidades que dependen de su trabajo y sacrificio. Por esto y por las familias de estos Mártires de Carabineros de Chile, hoy manifestamos nuestros respetos y reconocimiento.
