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Cuáles son los 4 tipos de apego emocionales y cómo definen tus relaciones: se originan en la niñez

Hace algunos años, en las redes sociales surgió una tendencia de los usuarios en encontrar respuesta a sus reacciones y comportamientos en todos los ámbitos de sus vidas. Así se popularizó conocer sobre los tipos de apego y cómo condicionan la manera en que nos vinculamos emocionalmente.

Sin embargo, distinto a lo que plantean algunas pseudociencias que buscan explicar el comportamiento de las personas, la forma en cómo se relacionan los humanos, vista a partir de los tipos de apego, es un tópico ampliamente estudiado en la psicología.

Según consigna BBC Mundo, el psicoanalista británico John Bowlby fue quien planteó la teoría del apego para entender lo que pasa cuando los niños son separados de sus padres.

Qué se entiende por apego emocional

Bajo la premisa de Bowlby se desarrolló la idea de que las infancias necesitan formar un vínculo de apego seguro con un cuidador principal para que luego pueda “desarrollarse emocional y socialmente de manera adecuada”, apunta el medio.

En conversación con BioBioChile, la psicóloga de Clínica Bupa, Constanza Labarca, explica que el apego es “una necesidad innata, biológica que tienen todos los seres vivos y es la forma en cómo se relacionan, cómo se comunican y cómo un otro significativo puede protegerlos“. A la vez, señala que esa figura está ocupada por los padres, en la mayoría de los casos, pero también a veces es complementado por educadoras de párvulos o profesores.

“Esta figura principal de apego es la que tiene que contener y regular al niño en una situación de estrés. Una situación de estrés en el caso de los lactantes, es el baño, la muda, la alimentación, cualquier situación en donde ocurra un desequilibrio en la persona, sea tanto biológico como emocional”, indica.

A la vez, apunta que en el desarrollo del apego es clave cómo se atienden las necesidades de los niños. “Para que haya apego tiene que haber necesariamente la regulación de una situación de estrés. El apego no se va a desarrollar jugando con el niño, sino que es un adulto que tiene que cuidar y regular las necesidades emocionales o físicas de un niño“, asegura la experta.

Sobre esa misma línea, detalla que la atención que brinda un cuidador debe tener algunas características. “Tiene que ser duradera, o sea, tiene que ser por lo menos de una duración de siete, ocho meses, en que esté este adulto con el niño; tiene que ser relativamente estable en el tiempo, o sea que no pueden existir periodos de quiebres o separaciones prolongados; tiene que ser específica, o sea que el cuidador no vaya cambiando constantemente; y además tiene que ser consistente, por ejemplo, pensando en un hogar, si la persona que cuida a los niños va cambiando o es por turno, ese niño no va a desarrollar una relación de apego con su cuidador”.

Cuáles son los 4 tipos de apego emocionales y cómo definen tus relaciones: se originan en la niñez
La atención que dan los padres a sus hijos puede afectar en el desarrollo del apego | Freepik

Cuáles son los 4 tipos de apego y en qué se diferencian

Además de Bowlby, otra de las autoras claves en la materia fue Mary Ainsworth, quien llevó a cabo un experimento llamado “La situación extraña”, en la que visitó a 26 familias tras el nacimiento de uno de sus hijos, acompañándolas por 12 meses durante el contacto, el juego, la alimentación y momentos de angustia, consigna el sitio Brittanica.

Tras pasar los 12 meses, se realizó una última visita en la que se separó a la madre del bebé y luego se los volvió a unir para observar la reacción del menor. Con este experimento, Ainsworth evidenció tres tipos de reacciones diferentes.

En el primer caso, los niños que se reunieron con sus madres mostraban sentirse consolados con facilidad al volver a sus brazos. Aquí, la dinámica del hogar era la de unos padres atentos a las necesidades del niño, sostiene BBC Mundo.

En el segundo, los menores se mostraban incómodos de ser separados, pero al reunirse no solo buscaban consuelo, sino también mostraban cierta molestia por ser abandonados.

En el tercero, los niños no demostraban mucha angustia por ser apartados, y cuando se reunieron con sus padres, evitaban el contacto con ellos y se mantenían distantes.

Cabe destacar que en estos dos últimos casos, los padres eran menos sensibles y menos consistentes frente a las necesidades de sus hijos, señala el medio. Así, estos tres ejemplos de comportamiento ayudaron a delinear tres tipos de apego iniciales: seguro, ansioso y evitativo. Años más tarde se agregó el apego desorganizado.

Revisa cuáles son los 4 principales:

Apego seguro: en este caso, las personas desarrollan confianza en los demás y les resulta más fácil conectarse emocionalmente con el mundo. En ese sentido, “hay un manejo equilibrado de la dependencia y la independencia, y también la cercanía. Es decir, ninguno de los escenarios ponen ansiosa a la persona”, explica la neuropsicóloga de Integramédica, Carolina Alston.

Apego ansioso: cuando una persona tiene este tipo de apego, suele demostrar una tendencia a la dependencia emocional, por lo que puede presentar “mucho miedo al abandono, una necesidad constante de reafirmación por parte de la otra persona, tanto en la niñez y también repercute en las relaciones de pareja cuando ya se es adulto”, explica la neuropsicóloga, añadiendo que en “una relación de pareja, en donde la otra persona por A, B o C motivo se molesta o se enoja, la persona con apego ansioso va a necesitar una confirmación y una reafirmación del amor que su pareja siente por él o por ella para sentirse segura o seguro en ese vínculo“.

Apego evitativo: “hay una preferencia por la independencia y se evita la intimidad en este estilo de apego”, dice Carolina, agregando que en este caso, las personas muestran una dificultad para confiar en los demás y abrirse emocionalmente, que podrían provenir de ciertas vivencias o traumas en la infancia.

Apego desorganizado: aunque sin duda, el que más se origina a partir de traumas o por cuidadores poco presentes es el apego desorganizado. La falta de respuesta a las necesidades de un niño, puede mostrar en el adulto una “combinación tanto de ansiedad como de evitación, y hay respuestas inconsistentes en las relaciones producto de experiencias de trauma o inestabilidad en el núcleo familiar al haber estado creciendo”, sostiene Alston.

Cuáles son los 4 tipos de apego emocionales y cómo definen tus relaciones: se originan en la niñez
Las relaciones de todo tipo se ven afectadas por el tipo de apego que tiene una persona | Freepik

Por qué es importante conocer cuál tenemos

Sobre esta interrogante, la psicóloga Constanza Labarca comenta que es importante que las personas sepan qué tipo de apego tienen, ya que les permitirá entender por qué reaccionan de cierta manera y tengan conciencia de que su comportamiento fue aprehendido en la niñez.

“Es importante porque va a poder entenderse también a sí mismo y va a poder entender el porqué reacciona así. O sea, de que no es gratuito, que a esa persona le enseñaron a reaccionar así y que no tiene otras herramientas para poder enfrentarse a la situación de otra forma. Entonces, si sabe y es consciente de lo que le pasa, puede reaccionar de una manera diferente“, menciona.

La neuropsicóloga Carolina Alston también coincide con lo antes señalado, enfatizando en que “conocer tu estilo de apego te ayuda a mejorar en áreas de la comunicación, a fomentar un entorno laboral saludable, a fomentar relaciones saludables. Aprender también a resolver conflictos, porque si tienes un apego más evitativo vas a tender a no querer resolverlos”.

¿Es posible cambiar los tipos de apego?

Entre los cuatro tipos principales, el apego seguro es el más idóneo y el que deberían tener las personas para desarrollar relaciones sanas.

De tener otro tipo, es importante saber que sí es posible cambiarlo a través de la psicoterapia. Labarca sostiene que dependiendo del contexto, la terapia debe estar basada en la niñez.

“Como que el terapeuta trabaje con el niño herido más que con la persona adulta. La persona tiene que querer cambiar este estilo de apego, y ver un problema en cómo él se relaciona con las otras personas, pero sí es posible cambiarlo para relacionarse de una buena forma con su pareja, o en el futuro, si es que tiene unos posibles hijos“, afirma.

De todas formas, para generar el cambio, también es crucial que la persona demuestre interés en querer conocer su tipo y aceptar de dónde provienen ciertas actitudes.

Fuente: BioBioChile

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