Obispo celebró misa en el cementerio municipal de Copiapó este 1 de noviembre
Hablando de la santidad cotidiana comenzó su homilía el obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales, al celebrar la misa en el cementerio municipal de la ciudad, la mañana de este 1 de noviembre.
“¡Cómo no va a ser santa una madre que cuida de sus hijos, un padre que trabaja por su familia! – dijo el obispo- cómo no va a ser santa una abuela o un abuelo que nos enseñaron a confiar en Dios, esos son los bienaventurados”, haciendo alusión a las bienaventuranzas recogidas en el evangelio, agregando que “los celebramos hoy, no porque fueran perfectos, sino porque dejaron en nosotros una huella de amor”.
Dirigiéndose a las personas reunidas en el cementerio, don Ricardo dijo que esta era una oportunidad de dar gracias a Dios “porque nuestros seres queridos han sido para nosotros un regalo”. Manifestó que “la esperanza cristiana no niega la muerte o el dolor, pero nos regala la certeza de la resurrección; si no fuera así, vanamente vendríamos al cementerio o le rezaríamos a nuestros difuntos, esperando estar con ellos algún día”.
El obispo subrayó la esperanza de la resurrección. “La promesa que nos hace el Señor es la misma que le hizo al buen ladrón: hoy estarás conmigo en el paraíso. Podemos decirle también: acuérdate de mí cuando estés en tu reino”. Y concluyó su prédica diciendo: “Por eso hoy damos gracias a Dios, y decimos bienaventurados a los que ya partieron, porque han sido para nosotros signo y muestra del amor de Dios”.
Como cada año, la comunidad de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, Catedral, organiza esta misa, que se celebra frente al mausoleo de los sacerdotes en el cementerio municipal de Copiapó, hasta donde llegan familias a rezar por sus difuntos y a visitar las tumbas de sus seres queridos.
