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Giovanni Calderón critica el Plan de Infraestructura del Gobierno y propone mesa de seguimiento regional

El exdiputado Giovanni Calderón cuestionó el reciente anuncio del Plan Nacional de Infraestructura 2025–2050 presentado en Atacama, advirtiendo que se trata de un catálogo de obras “que suena ambicioso, pero carece de capacidad real de ejecución”. A su juicio, la región ha sido testigo en demasiadas ocasiones de promesas que nunca llegan a concretarse, y por eso es imprescindible avanzar hacia un mecanismo de control ciudadano.

“Se habla de más de 17 mil millones de dólares en inversiones, pero lo que la gente quiere saber es cuánto de ese monto está realmente aprobado en el presupuesto 2025–2026 y cuánto corresponde a simples anuncios para las próximas décadas. No podemos seguir construyendo expectativas que después se diluyen con el paso de los años”, señaló Calderón.

En esa línea, planteó la creación de una mesa de seguimiento regional, con participación de la ciudadanía y de expertos locales, que audite el cumplimiento de cada una de las iniciativas del plan. “Atacama no necesita más discursos futuristas, necesita certezas hoy. Y esas certezas deben ser vigiladas por quienes viven los problemas a diario: las familias, los sindicatos, los dirigentes vecinales y los especialistas de la región”, enfatizó.

El ex parlamentario también cuestionó que el plan priorice grandes obras mientras persisten urgencias inmediatas. “En Copiapó y Tierra Amarilla hay cientos de familias en campamentos que requieren soluciones habitacionales y urbanización, y no hemos visto grandes avances desde ese ministerio. Existe lentitud en los proyectos hídricos en Diego de Almagro, Chañaral y Alto del Carmen, habiendo alternativas más rápidas como plantas desaladoras modulares o inversión en canales y sistemas de agua potable rural. Y no olvidemos la precariedad de los caminos en El Salvador y Huasco alto, que contrastan con el discurso de integración que se plantea desde el Ejecutivo”, señaló.

Calderón recalcó que los proyectos de infraestructura deben traducirse en empleo local y energías limpias, y no en beneficios para grandes contratistas externos. Y advirtió que este anuncio contrasta con la realidad presupuestaria: “En 2026, el presupuesto regional de Atacama sufrirá un recorte de 4.279 millones de pesos, equivalente a un –4,7%. Mientras la baja promedio nacional será de –2,3%, nuestra región vuelve a ser la más golpeada. Ese es el verdadero telón de fondo del discurso oficial”.

Finalmente, sostuvo que Atacama necesita un compromiso concreto: “El Gobierno viene a la región a hablar de 30 años de obras, pero no logra garantizar los recursos de los próximos dos. Esa es la paradoja. Por eso, más que anuncios rimbombantes, lo que corresponde es transparentar cifras, priorizar urgencias y someter el plan a una fiscalización social efectiva”.

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