La comunidad católica de Caldera conmemoró los 80 años de la pascua del recordado Fray Crisognomo Sierra y Velásquez conocido como el “Padre Negro”, durante tres días se realizaron tertulias, presentaciones artísticas, misa y la tradicional romería.
La primera actividad fue un conversatorio o tertulia de la vida del “Padre Negro” en el salón de la parroquia San Vicente de Paul convocada por la agrupación de laicos por la canonización del Padre Negro y que contó con la visita de familiares directos de Fray Crisogonomo que llegaron de su tierra natal en Colombia, la primera parte fue dedicada a la primera etapa de la vida de Crisogonomo como persona, su niñez y juventud que fue presentada por Gabriel Vanegas de la biblioteca pública piloto de Medellín vía on line, el Padre Nelson Barrientos quien es el encargado de la formación religiosa del Padre Negro.
Guillermo Sierra, familiar directo del Padre Negro, comentó “En esta oportunidad hemos traído a parte de la familia como son dos primos que han venido a esta tierra ´para que sientan lo que es estar acá y del amor que le tuvieron a nuestro fray Crisognomo y todo es muy bonito en lo que están gestionando en el tema de la canonización para nosotros es fantástico estar en Caldera donde se que lo quieren mucho como también en Colombia y tenemos fe que todo el proceso saldrá muy bien”.
La segunda jornada se realizo en el frontis de la Gruta de Lourdes con presentaciones de artistas regionales y cantantes comunales quienes brindaron sus melodías al Padre Negro como Aliro Alfaro, poeta popular quien bridó canciones y décimas al recordado sacerdote, el salmista Carlos Hidalgo quien entonó las canciones Están rotas mis ataduras y Misionero, la calderina Cecilia Gallardo con los temas Cuando te conocí e Incansable. Por su parte, la cantante lirica de Atacama Verónica Pizarro de la Fundación Renovarte interpretó el Ave María y Quia Respexit y finalmente el ex integrante del grupo Los del Chañar y Las Voces del Checo Antonio Pizarro interpretó Rosas Negras canción privilegiada del Padre Negro dedicada a su madre y Cerro de la Cruz.
Bernardo Tornini, quien pertenece a la Agrupación Laicos por la Canonización del Padre Negro, manifestó “La verdad que un grupo de amigos nos proclamamos como laicos por la canonización del Padre Negro y empezamos hacer algunas actividades, si bien es cierto el Padre negro esta en el ideario, en el corazón y la mente de todos los calderinos y de muchos atacameños nos dimos cuenta que ya son 80 años de su pascua y elegimos hacer un programa para conmemorar estos 80 años y por lo tanto realizamos una tertulia para saber algo mas de nuestro Fray Crisognomo y para eso tomamos contacto con la biblioteca de Medellín porque ellos tienen cosas de Juan de Dios el niño y el joven, después viene Fray Crisognomo cuando entra a estudiar al seminario en Bélgica y después viene el Padre Negro cuando llega a Caldera y hoy nos encontramos en esta velada artística donde participaron exponentes de la música de nuestra región y finalmente vamos a tener la misa y romería al cementerio donde se encuentra el Padre Negro”.
El Padre Negro es recordado por sus obras sociales como la finalización de la construcción de la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, pero además por sus supuestos poderes que incluso le habrían permitido estar presente en dos lugares a la vez, así como también predecir el futuro. Quien no ha oído hablar de la historia del Padre Negro en Atacama, desconoce una parte importante del patrimonio del norte de Chile. Al menos así lo creen los atacameños quienes sin importar su credo, posición social o lugar de origen, hoy recuerdan con cariño, pero por sobre todo con asombro la vida y obra de este sacerdote franciscano, quien llegó a Copiapó en 1921. Aunque su nombre religioso fue Fray Crisógono Sierra y Velásquez, su color de piel lo hizo acreedor de su singular denominación, misma característica que lo habría traído hasta el sur del mundo desde Europa. Nacido en Colombia pero que partió a Bélgica a estudiar la religión católica, luego su destino fue Chile. Aquí fue destinado a La Serena, y de allí lo trasladaron a Copiapó, específicamente al Pueblo de San Fernando, para que no fuera discriminado por su color de tez.
Por este motivo, muchos lo recuerdan cuando montado en su caballo blanco, salía a misionar por los diferentes poblados mineros de los alrededores de Copiapó y a las caletas de pescadores de la región, en donde era recibido con alegría y agradecimiento. Se habla mucho, de los extensos recorridos que hacía misionando, iba a los domicilio de los enfermos, para eso utilizaba su caballo blanco, el cual fue donado por la familia Vergara del Pueblo de San Fernando.
En Caldera el franciscano fue recibido por los feligreses con los brazos abiertos. Con una piedra utilizada como campana, el Padre Negro, llamaba a la gente para la construcción de la gruta la cual originalmente se llama gruta de Lourdes. Y aunque algunos se preguntaban por qué la ubicación elegida por el sacerdote para la construcción de la gruta estaba retirada del poblado, con ahínco ayudaron a construir este lugar. Según los conocedores de su historia el padre, no utilizó herramientas para este objetivo sino que sus propias manos con la ayuda de los calderinos y calderinas, con las cuales moldeó la edificación.
Se iniciaba el mes de julio de 1945, el padre Crisognomo se aprestaba para partir en misión a la hacienda Castilla, situada entre Copiapó y Vallenar. Todos lo vieron en la procesión de San Pedro el domingo 01 de julio. El Padre Negro muere repentinamente en su parroquia el martes 03 de julio a las 10 de la mañana. La noticia se esparció por el pueblo como un relámpago. Se informa que el padre será llevado a Copiapó y será sepultado en esa ciudad. El pueblo de Caldera no aceptó. Que no se lo lleven, que no se lo lleven. El es nuestro, era calderino, debe descansar en nuestro suelo, no vamos a permitir que se lo lleven a otra parte, el padre Polodoro da la contraorden y acepta que el padre sea sepultado en Caldera. El puerto está de duelo en ese día de invierno, hay aroma de algas y azucenas en el viento, la higuera del patio se ve tan sola, parece que llora en el patio en sombras. El 04 de julio, fue el funeral, el comercio cerró sus puertas, una interminable columna se dirigía al cementerio. 68 años tenía el franciscano 25 años en Atacama. Su recuerdo es imperecedero en todos los pueblos de Atacama.
Finalmente se realizó una misa en la iglesia San Vicente de Paul presidida por el Obispo Ricardo Morales y el Cura Juan Barraza, después la romería hasta el cementerio de la comuna acompañada por el baile religioso Padre Negro, en esta ocasión algunas personas entregaron su testimonio de como el Padre Negro ha influido en sus vidas como una forma de sanación por riesgos de enfermedad grave.
El Obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales, expresó “Efectivamente la fe que nos regala el Señor la mantenemos viva gracias a testimonios del Padre Negro que fueron hombres de Dios y que nos hablaron de Dios e hicieron carne lo que el Señor nos pide en el evangelio, estar cerca de los que sufren, acompañar a los que padecen, dar esperanza, consuelo y anunciar el evangelio de Cristo, un evangelio que nos llena de vida y esperanza, sin duda el Padre Negro vivió como un buen testigo del Señor de lo que significa ser hombre del evangelio. Como Obispo presente los documentos en Roma para dar inicio y nos autorice la santa sede para abrir un proceso y estamos atentos a esa respuesta para iniciar la investigación, pero confiamos que nos irá muy bien”.