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¿El flúor del agua nos hace tontos? Líderes discuten la medida pionera que nos salvó de las caries

Un estudio estadounidense encontró que la exposición prolongada a niveles altos de flúor estaría asociada con un coeficiente intelectual (IQ) más bajo en niños, lo cual inició un debate en el país norteamericano debido a la fluoración del agua.

Recordemos que, pequeñas cantidades de flúor están presentes en al agua naturalmente, pero hace décadas, muchos países optaron por la fluoración artificial del agua para cuidar la salud dental de las poblaciones, luego de que se descubriera que la exposición en cantidades moderadas a este químico puede prevenir las caries.

Esta fue una medida pionera que incluso llegó a Latinoamérica y que se ha mantenido por años, con el fin de proteger los dientes de la mayor parte posible de la población. Sin embargo, ahora se está discutiendo y algunos países incluso han optado por retirarla.

El estudio que comenzó la controversia se publicó en enero pasado en la revista JAMA Pediatrics, y se trata de una revisión sistemática de literatura científica, del Programa Nacional de Toxicología (NTP) de EE.UU., sobre los efectos de la exposición al flúor en el desarrollo neurológico y la cognición.

Esta revisión encontró que la exposición prolongada a niveles altos (1,5 milígramos por litro) de fluoruros se asocia con un IQ más bajo en niños, lo cual levantó alertas e hizo que algunos políticos tomaran parte. Por ejemplo, Robert F. Kennedy Jr., abogado y activista antivacunas a quien Donald Trump eligió como su Secretario de Salud de su gobierno, ha dicho que planea acabar con la fluoración del agua en el país.

De acuerdo con USA Today, el secretario lanzó un ataque contra el flúor en abril pasado durante una reunión del gabinete, allí expresó que “cuanto más obtienes, más estúpido eres, y necesitamos niños inteligentes en este país y necesitamos niños sanos”.

Sin embargo, la medida ha sido criticada por expertos, que han reiterado que retirar el fluoruro del agua potable podría ser desastroso para la salud pública, causando millones de caries en la población.

Además, lo que encontró el estudio corresponde a niveles altos de fluoruro y dista de los 0,7 milígramos por litro que recomienda el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) estadounidense para la fluoración del agua, niveles que se consideran seguros; o de los 0,5 a 1,0 miligramos por litro de agua que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De hecho, el mismo NTP señaló que “no se contó con datos suficientes para determinar si el bajo nivel de fluoruro de 0,7 mg/L, actualmente recomendado para el suministro de agua a las comunidades estadounidenses, tiene un efecto negativo en el coeficiente intelectual de los niños”.

¿Se debe eliminar el flúor del agua potable?

Los expertos dicen que no. “No es una polémica nueva”, dijo para un artículo de DW el Jaime Cury, académico e investigador brasileño en cariología. “La controversia en torno a la fluoración del agua existe desde la década de 1950. Inicialmente, se la acusó de ser un ‘plan comunista’ para disminuir la inteligencia de la población”, explicó.

El experto criticó la desinformación al respecto, “hoy en día las alegaciones son otras, pero la base sigue siendo la misma: desinformación. Se asocia el flúor en el agua con enfermedades sistémicas sin pruebas científicas sólidas, basándose en estudios observacionales, no en relaciones causa-efecto comprobadas”.

Constanza Fernández, carióloga chilena e investigadora de la Universidad de Talca, también concuerda con la postura de Cury. “La controversia se basa principalmente en desinformación, lectura poco crítica de la evidencia científica y, en muchos casos, en teorías conspirativas que se arrastran desde hace décadas”, señaló.

Y también mencionó que “detrás de algunas campañas también hay intereses comerciales o políticos, como la intención de vender productos alternativos o de atraer atención mediática”.

La evidencia científica incluso dice lo contrario al temor por la fluoración del agua, un estudio publicado la semana pasada en JAMA Health Forum, indagó en qué pasaría con la medida de Kennedy, encontrando que la eliminación del flúor del agua pública en EE.UU. causaría 25,4 millones de caries adicionales en niños y adolescentes en solo 5 años.

Esto equivale a $ 9.800 millones de dólares en costos de atención médica y en 10 años estos efectos se duplicarían hasta alcanzar casi $54 millones de caries adicionales en niños y adolescentes, un costo de $ 19.400 millones de dólares.

En palabras simples, encontraríamos un diente con caries adicional por cada 3 niños, lo cual afectaría mayormente en poblaciones de bajos recursos. “Sabemos que las personas que más se benefician del flúor son las que, de otro modo, tienen dificultades para acceder a la atención dental”, dijo a CNN la Dra. Lisa Simon, del Hospital Brigham and Women’s, coautora de este nuevo estudio.

“Cuando pensamos en esos 25 millones de dientes cariados, es mucho más probable que aparezcan en las bocas de los niños que están asegurados públicamente por Medicaid (el programa estatal de salud en EE.UU.) o que proceden de familias con ingresos bajos”, planteó.

El caso de Chile

En Chile no se ha discutido por el momento la eliminación de fluoración del agua, de hecho, fue uno de los países pioneros en implementar esta medida en Latinoamérica. Hoy, más de la mitad de la población chilena tiene acceso a agua fluorurada.

La medida comenzó a implementarse en 1953 en menor medida, pero desde los 70’s se extendió a la mayoría de las ciudades del país. “En la actualidad, aproximadamente un 72% de la población nacional cuenta con agua potable fluorurada”, explica a BiobioChile, María Pía Mena, docente del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile.

“El fluoruro actúa estimulando la remineralización de las lesiones incipientes de caries y reduciendo la desmineralización del esmalte sano”, explica.

Además, afirma que “las investigaciones han mostrado que el fluoruro es más efectivo en la prevención de caries cuando se mantiene en forma constante, bajas concentraciones de fluoruro en la cavidad bucal”.

Cabe señalar que, las concentraciones de flúor en el agua que se consume en Chile oscilan entre 0,6 y 1,0 mg/L, niveles que están dentro de lo recomendado por la OMS.

La carióloga Fernández, de la U. de Talca, puntualizó en declaraciones a DW, que la fluoración del agua para ella “no es añadir algo artificial, sino ajustar su concentración a un nivel que maximice el beneficio y minimice cualquier riesgo”.

Sin embargo, de todas maneras llamó a evaluar el contexto de cada país, ya que antes de implementar una política de salud pública como esta, ya que hay que saber cuánto fluoruro hay en el agua naturalmente.

Por ejemplo, en Chile las aguas naturales no presentan altos niveles, dice Mena, “se encuentran bajo 0,2 mg/L para aguas superficiales y subterráneas en la zona centro sur. En la zona norte, las concentraciones naturales son un poco más altas, especialmente en aguas subterráneas, pudiendo alcanzar valores hasta 1 mg/L”.

Fernández por su parte, concluyó que “cada país debe realizar un análisis técnico y epidemiológico antes de implementar o retirar esta medida. Ya existen ejemplos concretos donde su eliminación provocó un aumento significativo en la progresión de lesiones de caries, lo que demuestra que aún cumple una función esencial”.

Referencias:

Kyla W. Taylor y otros autores, Programa Nacional de Toxicología (NTP) de EE.UU. Exposición al fluoruro y el coeficiente intelectual de los niños: una revisión sistemática y un metaanálisis. Revista JAMA Pediatrics, 2025.

Sung Eun Choi y Lisa Simon. Resultados proyectados de la eliminación del fluoruro de los sistemas públicos de agua de EE. UU. Revista JAMA Health Forum, 2025.

Fuente: BioBioChile

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