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[OPINIÓN] Profesionalizar la interpretación en Lengua de Señas Chilena: una necesidad ética y política.

Fundación de Intérpretes de Lengua de Señas (FILSA) marcó un hito importante con la apertura de su nueva sede en la región del Maule, inaugurando su accionar territorial el pasado 23 de mayo de 2025, con el “Seminario de Lengua de Señas Chilena (LSCh): Avances en accesibilidad y derechos”. La jornada convocó a más de cien personas vinculadas a la comunidad Sorda de diversas regiones del país, siendo un espacio valioso para profundizar sobre lo trazado respecto a la interpretación, la co-educación, la enseñanza y los derechos asociados a la lengua de señas chilena.

Tuve el honor de representar a nuestra Universidad de Atacama y exponer sobre la “Interpretación en Lengua de Señas Chilena: una mirada reflexiva de la praxis y aportes a su profesionalización”. Y lo que allí ocurrió reafirmó lo que muchos ya venimos sosteniendo hace tiempo: no es posible pensar la interpretación en LSCh como una práctica aislada, despojada de conciencia lingüística, cultural y política. Interpretar no es traducir palabras; es estar en un espacio complejo donde conviven ética, cuerpo, memoria, relaciones y cultura Sorda.

Durante el seminario se expuso con lucidez sobre la imposibilidad de practicar la interpretación en lengua de señas chilena sin estar vinculado con la comunidad Sorda. No se trata solo de aprender una lengua, sino de compenetrarse con su cultura, comprender sus prácticas, usos y costumbres que son el marco de referencia para respetar sus procesos y participar de sus luchas. En este sentido, interpretar exige una ética interaccional: se interpreta desde, con y para una comunidad.

Los ocho aspectos éticos que orientan esta práctica —como la fidelidad, la confidencialidad, la imparcialidad o la solidaridad profesional, entre otros— no pueden seguir siendo meros enunciados. Deben ser internalizados y puestos como principios de una profesión que no puede conformarse con la inercia laboral ejecutiva.

Interpretar bien no es suficiente; se debe interpretar con conciencia, con responsabilidad y compromiso por una justicia lingüística.

Por lo anterior, el diálogo que continuó al día siguiente entre personas Sordas no fue una “segunda parte” del seminario. Fue su corazón. Fue allí donde el sentir se expresó en lengua de señas chilena y recordaron que los derechos de acceso a la comunicación e información son apenas unos pasos hacia los derechos lingüísticos y culturales de las personas Sordas.

Hablar de accesibilidad no puede reducirse a subtitular o “poner un intérprete”; debe implicar transformar las formas de comprender, reformular, producir, distribuir y validar la información desde una perspectiva bilingüe y bicultural.

El desafío que tenemos como profesionales es claro: avanzar hacia la consolidación de una praxis interpretativa que no solo sea técnicamente sólida, sino también socialmente situada, que dialogue con las realidades regionales, comunales, locames y que se nutra de las experiencias socio-comunitarias, proyectando una mirada política.

Profesionalizar la interpretación en LSCh no es un favor: es un acto de dignidad hacia quienes dependen de ella para ejercer sus derechos, pero también hacia nosotros mismos como intérpretes de una lengua visual, cuya base es su cultura en la comunidad Sorda.

El trabajo que FILSA ha comenzado hace 6 años en Atacama, ahora es parte de un proceso con vuelo propio y que es liderado por profesionales como Vicente Becerra y Pablo Saldías, ambos de la directiva en FILSA han dado una señal potente.: descentralizar y conectar realidades para la profesionalización de la interpretación en lengua de señas chilena.

Que nada los detenga.

Julio Pizarro Metzdorff

Mg. Psicólogo e Intérprete en Lengua de Señas Chilena. Profesional del Departamento de Inclusión y Equidad Educativa de la Universidad de Atacama

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