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Mons. Ricardo Morales: Detrás de cada gesto de bondad está Dios

Misa Solemne en el Santuario de La Candelaria.

Una tibia mañana en el Santuario de La Candelaria recibió a miles de familias este domingo 2 de febrero, para celebrar la Misa Solemne de la fiesta, presidida por el obispo, Monseñor Ricardo Morales.

En su homilía, el obispo destacó que, de acuerdo con el relato del evangelio, dos ancianos, Simeón y Ana, reconocieron al niño Jesús como el Mesías, dos personas mayores, que mantienen la esperanza viva. “Frente a situaciones de odio y muerte, ¿dónde tiene lugar la esperanza en el corazón del hombre?” preguntó el obispo. Reiteró que “tenemos que ser hombres y mujeres de esperanza, porque hay una promesa que Dios nos hace, Cristo ha venido a llenar nuestros corazones de alegría y consuelo”.

Dijo que, en cada gesto de cariño, de cuidado, de bondad, está el Señor. Mencionó como ejemplo a las y los cuidadores de enfermos y adultos mayores, a quienes se sacrifican por sus familias, cumpliendo turnos que a veces son inhumanos. “La experiencia de los bailes, -mencionó- tenemos en la procesión con mujeres con sus niños en el vientre, en coches, ancianos llevando agua a los bailarines, familias en los bailes, cómo no va a ser muestra de amor; más de doscientas personas como servidores en el santuario durante la fiesta. Hombres y mujeres de esperanza”, señaló.

En el ofertorio integrantes de los bailes presentaron el morrión, el pañuelo, el culero, el corselete, la flauta, el palillo, el tamborín, y la bandera, todos elementos que derivaron de la indumentaria de los mineros y que ahora son propios de los bailes tradicionales.

Procesión de las Candelas

La noche del sábado 1 de febrero tuvo lugar la multitudinaria procesión de las Candelas, que comenzó en el Santuario, con el cirio encendido, transportado por una joven que participó de la reciente Jornada Nacional de la Juventud. Desde este cirio se fueron encendiendo las velas de los peregrinos que repletaron el Santuario.

El obispo, sacerdotes, diáconos y acólitos, acompañados de toda la comunidad, realizaron la procesión por las calles cercanas al Santuario, para volver cerca de la medianoche y celebrar un nuevo cumpleaños de la fiesta. Para esta vigilia se llevó al altar la imagen histórica de La Candelaria. Como es traición, a medianoche se cantó el Cumpleaños Feliz y Las Mañanitas a la imagen de la Virgen, la que luego recibió el saludo del obispo, del rector del Santuario y de los jefes de la Federación de bailes y de las distintas asociaciones. La imagen grande recibió regalos de parte de familias devotas, y una ofrenda floral. Al final, los clubes de huasos de Copiapó ofrecieron el esquinazo.

La bendición final del obispo fue el término de esta celebración, tan tradicional del Santuario y que, como cada año, reunió a miles de familias que quisieron expresar su amor y devoción a la Virgen Candelaria.

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