Una comunidad conmovida y llena de gratitud despidió al diácono Raúl Orellana, fallecido este martes 17 de octubre a la edad de 94 años, en Diego de Almagro.
La misa se celebró la mañana del jueves 19 de octubre en el templo parroquial y fue presidida por el obispo, acompañado de los sacerdotes de los Sagrados Corazones, a cargo de la parroquia, y de sacerdotes y diáconos de la diócesis. Estaban presentes sus hijos Ana María y Cristian, amigos, y la comunidad.
En la homilía, el obispo destacó que don Raúl siempre tuvo disposición para estar con quienes lo necesitaron, aún antes de ser diácono. También señaló su lucha por condiciones laborales dignas, su servicio a los más necesitados y su labor en la preparación sacramental.
Al final de la misa tomó la palabra María Montenegro en nombre de la comunidad parroquial, para expresar la gratitud por el servicio de don Raúl, su amor “por Nuestro Señor y por la Virgen, y su amor al prójimo”, destacando su carisma para evangelizar, y sus homilías. “Siempre tuvo una palabra de ánimo, aún en su última etapa, y esperaba el día de su partida con mucha paz; a pesar de la pena, era gratificante”, dijo. También habló su hijo Cristian, que agradeció “el cariño de todos los presentes; mi papá siempre nos dio muchas enseñanzas a mí y a toda la familia, fue un hombre muy recto. Te vamos a recordar siempre”, finalizó.
Después de la misa el cortejo fúnebre, encabezado por el obispo, sacerdotes y diáconos, acompañó los restos de don Raúl hasta el cementerio de Diego de Almagro.