Misa en el Día Internacional de los trabajadores
En la parroquia San José Obrero de Copiapó se celebró el Día dedicado al esposo de la Virgen María, y Día Internacional de las y los trabajadores, este domingo 30 de abril al mediodía. La misa fue presidida por el obispo, monseñor Ricardo Morales, y asistió el seremi del trabajo, Luis Pino, representantes de la Central Unitaria de Trabajadores CUT y la comunidad parroquial.
En la homilía, el obispo comenzó diciendo que “muchos sueñan con ganarse un premio y olvidarse del trabajo y del jefe. Pero si nos ponemos a pensar, eso duraría un tiempo, al final terminaríamos aburridos de no hacer nada. Lo que quiero decir es que el trabajo, el hacer cosas, forma parte de lo que somos como seres humanos”. Continuó diciendo: “nos permite sentirnos cocreadores: de un trozo de madera hacer una silla; extraer de la roca un material que va a servir para un instrumento; sacar de la tierra sus frutos para preparar los alimentos, es parte de lo que somos”.
Trabajo y vocación
También señaló que el trabajo es la respuesta a una vocación, a un llamado. “Todos tenemos una misión que cumplir, que vivimos en el día a día, en el trabajo, que es expresión de nuestra vocación. Dios me llamó a ser sacerdote, a trabajar en la minería, en la construcción, también el trabajo intelectual, a estar en la casa cuidando a mis hijos” y destacó que “todos los trabajos son dignos”.
Ley de las 40 horas
Llamó a dignificar el trabajo, con condiciones laborales que aseguren la salud, el descanso necesario, el compartir con la familia. Destacó la aprobación de la ley de las 40 horas. “Significa que vamos a tener más tiempo para estar con nuestras familias, para que el trabajo no nos embrutezca, no nos quite la dignidad”. Reiteró el llamado a luchar por condiciones laborales dignas: “turnos en la minería que permitan a los padres y madres compartir con las familias; que los temporeros tengan condiciones dignas; hermanos y hermanas migrantes que trabajan sin contrato porque están en situación irregular y no tienen seguridad social, porque hay gente inescrupulosa que se aprovecha” denunció, agregando que “la dignidad en el trabajo no es un favor, no es una ideología o un programa político, es humanidad”.
Por último, dijo que es cierta esa sensación “que la plata no alcanza para nada”, y dijo que “hay que procurar que la torta se reparta bien; si no, vamos a vivir en la precariedad”, concluyendo: “no más ‘chao jefe’; sino ‘hola, trabajo digno’”.
En el ofertorio se llevaron al altar herramientas de trabajo, una Biblia y la Doctrina Social de la Iglesia junto al pan y al vino.
Después de la misa, hubo en el patio de la parroquia una convivencia, para celebrar a su Santo Patrono, san José Obrero.