También confesó a los investigadores que trató de llevar a cabo la masacre antes en la vecina Saint-Denis y que su intención era suicidarse “tras matar a extranjeros”.
El jubilado francés sospechoso de haber matado a tres kurdos este viernes en París se desplazó primero a una localidad en las afueras de la capital para “asesinar a migrantes”, empujado por un “odio patológico”, anunció este domingo la fiscalía.
El hombre de 69 años fue trasladado el sábado a una dependencia psiquiátrica de la policía.
Desde el ataque, que causó tres fallecidos y tres heridos -ya fuera de peligro-, la pista del crimen racista prevalece.
Tras su arresto poco después de los hechos, el presunto asesino afirmó a los agentes de seguridad que había actuado así por ser “racista”. Durante su detención, el hombre reconoció que sentía un “odio a los extranjeros que se volvió completamente patológico” desde un robo del que resultó víctima en 2016, indicó la fiscal de París, Laure Beccuau, en un comunicado.