El escritor Armando Araya atacameño presentó su cuento “El campesino que no murió de amor”, ambientado en el campo de la séptima región, una zona donde no vivió ya que él nació en Pueblo Hundido. “La mente es amplia, uno empieza a escribir y a la pluma uno la va guiando”.
El artista recordó su ciudad natal, Pueblo Hundido, hoy Diego de Almagro, una vida relacionada con la minera ya que estudió en la Escuela Técnica Profesional. Hoy vive en Viña del Mar, una ciudad turística y se ha dedicado a la creación a través de las letras. “El cuento comenzó en 2017, a veces uno se imagina algo y empieza a escribir lo que se imagina en el momento. Yo trasladé lo que sucedía en Pueblo Hundido a una zona de la séptima región, lo que pasaba en ese colegio es lo que pasaba en mi colegio”.
Dentro de sus trabajos también está “El Longino y la joya perdida”, una narrativa respecto a Diego de Almagro, una novela de ficción con matices de realidad. “El año 70 era minería, mucha prostitución, estaba la estación, estaba todo el ambiente, había que plasmarlo en un libro. Cuando era niño yo iba a la estación, pero nunca viajé ese tren, en vacaciones no salíamos de Pueblo Hundido, pero éramos felices. Así se dio la historia”.
Para el escritor, la estación de trenes es un sitio fundamental de la historia Diego de Almagro, hoy deteriorada por el paso de los años. “Cada vez que viajo a Diego de Almagro voy a la estación y cada vez la encuentro más dañada, abandonada. Me gustaría llamar a las autoridades municipales, comunales, regionales y nacionales que podamos salvar la estación que es un patrimonio del pueblo y no lo podemos perder”.
En el aniversario de Diego de Almagro que se celebrará el 13 de agosto se lanzará este libro en el salón de la cultura a las 17.30 horas.
