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Mauricio Daza: “Debemos hacer una autocrítica de qué hemos hecho para ayudar a la irrupción de Kast”

El constituyente por el distrito 28 señaló a Radio Bío Bío su punto de vista respecto del futuro de la Convención Constitucional. Con resultados de la primera vuelta presidencial y la elección parlamentaria en mano, consideró que el órgano debe hacer un “análisis autocrítico, con humildad, dando cuenta de qué hemos hecho para generar un escenario de inestabilidad” que ayudó al triunfo de Kast en la elección del domingo pasado. Junto con esto, sugirió acortar los plazos de las semanas distritales, y adelantó que varios convencionales consideran comenzar a despachar normas constitucionales “al más breve plazo” para mejorar la impresión ciudadana sobre la constituyente.

Mientras el Pleno de la Convención Constitucional sesiona en el edificio del Gobierno Regional de Bío Bío, Concepción, el constituyente Mauricio Daza aprovechó un momento libre y respondió esta entrevista vía telefónica. “El clima está bonito, no está caluroso. Está un poco ventoso, pero mucho más grato que en Santiago”, aseguró, antes de entregar sus reflexiones en torno al futuro del órgano constituyente.

Una vez se conocieron los escrutinios definitivos, el abogado querellante se quejó este lunes en su cuenta de Twitter: “En la Convención debemos reflexionar con humildad y autocrítica. Si Kast gana, el proceso constituyente peligra. Discursos grandilocuentes, disruptivos, mesiánicos y agresivos, sumado a fallas políticas, comunicacionales y de gestión, han ayudado a generar temor e inestabilidad. Este es el resultado”.

Aquí, el jurista desembrolló estas ideas, además de entregar algunas sugerencias mirando al futuro de cara al balotaje.

— ¿Cuáles son sus impresiones respecto al resultado de la primera vuelta electoral que acabó con una votación del 27,91% para el candidato Kast y un 25,83% para Boric?

“Yo creo que es una señal clara para la Convención Constitucional. Hay que recordar que José Antonio Kast ha levantado parte de la candidatura atacando a la Convención y al proceso constituyente. Por lo tanto, este resultado no puede ser indiferente al trabajo que estamos realizando”.

“Necesitamos hacer un análisis autocrítico, con humildad, dando cuenta de qué hemos hecho para generar un escenario de inestabilidad, que sin duda es algo que ha ayudado a que la candidatura de Kast se haya impuesto en la primera vuelta presidencial. Creo que los discursos grandilocuentes, arrogantes, mesiánicos, maximalistas que se han planteado por distintos sectores al interior de la Convención, muchas veces con algo de agresividad, han ayudado a generar esa incertidumbre, ese temor”.

— ¿Puede dar algún ejemplo de esos discursos?

“Cuando se ha hablado que determinados sectores se van a imponer a otros en una nueva constitución. O cuando se discuten hasta el cansancio materias sobre las cuales no tenemos atribuciones, como el plebiscito dirimente. Este se generó a partir de una regulación exhaustiva, que incluimos en nuestro reglamento, a sabiendas que no teníamos las facultades para poder ordenarle al Servel su realización, y apostando a que el futuro Congreso iba a ser favorable a la Convención. Bueno, el resultado es que con la actual conformación del Parlamento va a ser imposible llevar a cabo ese plebiscito”.

“También está el que hagamos promesas que no podamos cumplir. Por ejemplo: se levantó la idea de la iniciativa popular constituyente dentro de plazos acotados. Sin embargo, el día que comenzó a correr ese plazo no estaba la plataforma digital que permitiese concretar esa participación a través de la iniciativa popular de norma constituyente. Tuvieron que pasar casi 15 días para que eso se concretara”.

Y añadió: “Por otra parte, creo que hemos tenido problemas de gestión tanto política como comunicacional que derivan de una labor que no ha sido lo más acertada por parte de la actual Mesa liderada por Elisa Loncón”.

— ¿Qué puede hacer la Convención para mejorar esa impresión en la ciudadanía?

“Debemos tomar medidas concretas para mostrar avances del trabajo sustantivo para el cual fuimos electos: generar normas que sean incluidas en el proyecto de nueva constitución. Muchas personas resienten que han pasado cinco meses desde la instalación, y al momento no hemos aprobado ninguna norma sustantiva, quedando siete meses para que termine el plazo definido para el funcionamiento de la Convención Constitucional”.

“Detrás de eso, también está el hecho de que nos llenamos de actividades que no tienen mucho que ver o no son útiles con nuestra función. No tiene sentido que tengamos siete meses por delante y que hayamos fijado siete semanas de trabajo territorial, en lo que no podemos sesionar ni en Pleno ni en comisión, ni siquiera en forma telemática, para deliberar y votar normas constitucionales. Restarle siete semanas a estos siete meses de funcionamiento no es compatible con las exigencias que impone nuestro trabajo. No entiendo qué vamos a ir a rendirle cuentas a la ciudadanía en esas semanas, si no estamos avanzando en el trabajo sustantivo. Tenemos que pasar de las consignas y los simbolismos a un trabajo concreto, que es lo que la gente quiere. Eso es lo que la actual Mesa liderada por Elisa Loncón no ha comprendido”.

Y sumó: “Por ejemplo, ahora. Estamos en una semana regional en el Bío Bío, en la que no vamos a avanzar en la deliberación ni en la aprobación de absolutamente ninguna norma que vaya a estar en el proyecto de nueva constitución. A esto, hay que agregar que la semana pasada ya tuvimos una semana territorial completa en nuestros respectivos distritos, en la que no podemos sesionar para avanzar en la deliberación y votación”.

“Tenemos muchos actos simbólicos. Estamos hablando de las mismas generalidades, de las mismas ideas que ya se han venido debatiendo, incluso desde el período de las campañas”.

— En todo esto, ¿Influyen los plazos autoimpuestos por la Convención en su cronograma? El 18 de octubre iniciaba la discusión de fondo, pero recién en febrero se aprobarán las primeras normas.

“El cronograma propuesto por la Mesa y aprobado por la mayoría del Pleno no es realista. Yo diría que la inmensa mayoría de los y las convencionales lo saben. Tenemos un cronograma sumamente ajustado, que no se condice, por una parte, con aquellas obligaciones que nos hemos autoimpuesto en los reglamentos que se aprobaron dentro de la Convención; pero lo más importante, no se condicen con el plazo de siete meses que nos queda para aprobar este proyecto de nueva constitución, con la complejidad que eso involucra”.

Y agregó: “Es momento de pasar de la consigna a las propuestas concretas. Esto exige la ciudadanía y el cronograma que hoy tenemos, que no refleja esta necesidad”.

— Pero antes de la primera vuelta ese no era el ánimo de la Convención. El ambiente era de hacer audiencias, hacer semanas territoriales, generar un desplante de participación popular. ¿Qué cambió? ¿Había quizás un ánimo un poco triunfalista de la centroizquierda o izquierda frente a la primera vuelta?

“Yo creo que al interior de la Convención muchos creían que la ciudadanía en el plebiscito de entrada que aprobó por un 80% una nueva constitución nos había dado un cheque en blanco. Pero la confianza ciudadana no es algo que uno tiene en su patrimonio y que se mantiene intacto. Es algo que se tiene que ir ganando día a día, momento tras momento. Y la verdad es que yo estimo que el día de hoy se nos ha mandado una señal muy clara a través de los resultados electorales, de que tenemos que hacer de una buena vez nuestro trabajo, de manera directa y eficiente. Si no, nos vamos a farrear este proceso constituyente”.

Y siguió: “Mirar hacia el lado y señalar que el proceso constituyente va en otro carril que el proceso político electoral, y que los resultados del domingo pasado no significarán nada para la Convención, creo que constituye un error garrafal. Y no tenemos espacio para cometer precisamente esos errores”.

— De hecho, varios constituyentes han dicho que había que despresidencializar la Convención, deselectoralizarla, dejarla aséptica, como dentro de una burbuja.

“Despresidencializar la Convención se habría podido lograr en la medida en que los candidatos que estaban compitiendo no atacaran el proceso constituyente o lo usaran como un arma electoral. Pero en este caso eso es lo que ha hecho Kast. Él ha tratado de señalar que no estamos haciendo nuestro trabajo. Y el resultado electoral del domingo pasado significa algo en ese contexto. Tenemos que hacernos cargo de la realidad, tal como es. Y al día de hoy, estamos ad portas de una elección donde una persona, que ha señalado de todas las formas posibles de que no está con el proceso constituyente, puede llegar a ser Presidente de la República. Y hay que señalar que desde ese cargo se puede perfectamente obstaculizar e incluso hacer fracasar este proceso”.

—¿Cómo podría Kast hacer fracasar la Convención?

“Según las normas que tenemos, una vez concluida la labor de la Convención, el Presidente debe llamar a un plebiscito de salida. Y en el caso que no lo haga, no hay ningún instrumento institucional efectivo para obligarlo a hacerlo, considerando que, aún cuando esté violando la Constitución, por las mayorías parlamentarias no habría ninguna posibilidad real de poder obtener una acusación constitucional en su contra por incumplir este deber”.

“Otro riesgo es que se haga campaña para el Rechazo desde el gobierno. Los riesgos son muchos. Tenemos que hacernos cargo de ellos con trabajo efectivo, centrándonos en aquello que la ciudadanía nos exige. Y eso lamentablemente creo que muchas y muchos convencionales todavía no lo entienden, y piensan que estamos viviendo una situación similar a la que sucedió después del Estallido. Y la verdad es que del año 2019 al 2021 han ocurrido cosas. El escenario político y social en Chile ha cambiado”.

— Si la Convención no cambia su forma de actuar dentro de las próximas semanas, antes de la segunda vuelta, ¿corre el riesgo de aportar a que triunfe Kast?

“Yo creo que la Convención ha aportado, a partir de un conjunto de errores, a generar y profundizar un escenario de incertidumbre, que explica la irrupción de una persona como Kast. Pero lo que tenemos que hacer ahora no solo es un análisis autocrítico, sino también tomar medidas concretas. Estas involucran enfocarnos al 100% en deliberar, votar y generar un proyecto de nueva constitución para Chile, de una manera que sea consistente. Eso exige que tengamos que revisar nuestros dos reglamentos, y sobre todo, el cronograma. Tenemos que terminar con la noción de semana territorial, donde no podemos hacer nada más que estar en nuestros distritos sin sesionar, a una noción de días territoriales. Y tenemos que empezar a generar normas al más breve plazo”.

— ¿Cuándo?

“Desde ya. Ojalá durante las próximas semanas o los próximos días”.

— ¿Esto es un consenso entre los y las convencionales?

— “Es algo que se está discutiendo entre varios convencionales. Creo que debemos cambiar el cronograma, ampliar los días y horarios de funcionamiento de las comisiones temáticas, reemplazar las semanas territoriales por días territoriales, garantizar que las semanas en que trabajemos fuera de Santiago establezcamos espacios definidos para la deliberación y votación de normas constitucionales, entre otras medidas. Todo esto para que podamos avanzar más rápido mostrando resultados concretos, más allá de la necesidad urgente de mejorar la gestión política y comunicacional de la Mesa”.

Y extendió: “Nosotros en el colectivo de INN estamos preparando una propuesta para permitir flexibilizar las semanas regionales y territoriales para poder, ya sea, eliminarlas, dividirlas o refundirlas para contar con tiempo suficiente, a fin de priorizar el debate y la votación de norma constitucional. Esto lo estamos presentando durante esta semana, y esperamos que se vote la próxima y que tenga buena acogida por el resto de los convencionales, que deben entender que el proceso constituyente hoy está en un riesgo concreto”.

— ¿A quiénes ve integrando la nueva Mesa? ¿Qué cualidades debe tener la Testera y de qué sector deben ser sus integrantes?

“Debe tener un liderazgo que tenga un sentido político mucho más claro que el actual, que tenga claro el escenario en el que nos estamos moviendo, y por sobre todo, que tenga capacidad de gestión para llevar adelante este proceso. Los nombres no los tengo en este momento, los tenemos que discutir entre todas y todos. Pero esta Mesa cumplió su ciclo: instaló la convención, generó un efecto simbólico relevante en un proceso como este. Sin embargo, creo que tenemos que pasar a otra etapa donde debemos privilegiar el generar resultados concretos que sean percibidos como tales por la ciudadanía”.

Fuente: BioBioChile

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