Una de las teorías conspirativas más recientes respecto a la pandemia es la supuesta relación entre Pfizer y el Laboratorio de Wuhan, quienes habrían conspirado para crear el virus y luego vender la cura a la población. Sin embargo, esta información, divulgada principalmente a través de redes sociales como Twitter o Facebook, ha demostrado ser falsa.
Revisemos los detalles.
El pasado 24 de diciembre llegó a Chile el primer cargamento de la vacuna Pfizer-BioNTech. Para muchos, una alegre señal de que el fin de la pandemia está cerca o de que, al menos por un tiempo, seremos capaces de controlarla. Sin embargo, no son pocos los que, por diversas razones, se mantienen escépticos respecto a esta e incluso han manifestado abiertamente su decisión de no inocularse.
Según la última encuesta Plaza Pública, el 45% declaró que se vacunaría lo antes posible mientras que el 22% aseguró que no se vacunaría. Entre los principales argumentos en contra de ella está la rapidez con la que fue hecha, la creencia de que las vacunas producen autismo o el hecho de que supuestamente alteraría nuestro ADN.
Sin embargo, otro de los motivos por los que algunos se mantienen escépticos respecto a su confiabilidad es el supuesto vínculo que habría entre Pfizer y el Laboratorio de Wuhan. Donde este último habría sido el presunto responsable de crear la cepa del Covid-19.
¿El coronavirus fue creado en un laboratorio?
En lo que va del año, el origen del Covid-19 ha sido motivo de intrigas y discusiones a lo largo del mundo. Hay quienes sostienen que se trata de un virus de origen animal (como la hipótesis de la sopa de murciélago), mientras que hay otros que aseguran -sin base científica- que este habría surgido de un laboratorio en la ciudad de Wuhan.
El mismo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó tener pruebas de que el coronavirus había sido creado en un laboratorio a pesar de que las unidades de inteligencia del país norteamericano señalaban lo contrario.
En julio, la viróloga y desertora china Li-Meng Yan, alertó a la comunidad internacional sobre el supuesto origen del virus, denunciando que este habría sido creado en un laboratorio de forma intencional.
Para intentar probar su hipótesis, en septiembre Yan publicó un estudio donde señala que la teoría del origen natural sería imprecisa y que un virus así solo podría ser obra de un trabajo de laboratorio. La comunidad científica no se mantuvo indiferente y rápidamente comenzaron a revisar y cuestionar la hipótesis planteada por Yan y su equipo.
Uno de los científicos que alzó la voz al respecto fue Kristian G. Andersen, quien el pasado marzo ya había publicado un estudio sobre el tema en la prestigiosa revista Nature. En este plantea que hay una serie de características y factores en el virus que difícilmente podrían haberse conseguido en un laboratorio. Al referirse al estudio realizado por Yan, lo calificó de poco científico, conspirativo y selectivo a la hora de recoger solo la evidencias que convenientemente sostendría su hipótesis.
Un mes después la viróloga publicó un segundo informe sobre el tema, sin embargo, de la misma forma que el primero, este fue desacreditado por la comunidad científica.
Es más, ninguno de los dos estudios pasó la etapa del preprint, lo que significa que no han sido corroborado por pares científicos que puedan dar fe de la calidad y el rigor de la publicación.
Hasta el momento no existen pruebas científicas suficientes para afirmar que el coronavirus fue creado de forma artificial en un laboratorio.
¿Pfizer posee conflictos de interés con el Laboratorio de Wuhan?
Una de las teorías conspirativas más recientes respecto a la pandemia, y que va de la mano con lo mencionado anteriormente, es la supuesta relación entre Pfizer y el Laboratorio de Wuhan. Vínculo que demostraría los oscuros intereses económicos detrás del origen de la pandemia y la posterior comercialización de la cura. Sin embargo, esta información divulgada principalmente a través de redes sociales como Twitter o Facebook, ha demostrado ser falsa.
Los que sostienen esta hipótesis plantean que el laboratorio de Wuhan es propiedad de GlaxoSmithKline (GSK), empresa británica de productos farmacéuticos que al mismo tiempo sería uno de los principales accionistas de Pfizer. Sin embargo, si revisamos los antecedentes del Instituto de Virología de Wuhan podemos ver que se trata de un organismo gubernamental sin ningún tipo de relación con GSK.
Además, si revisamos las acciones del Laboratorio Pfizer en la bolsa de valores Nasdaq podremos darnos cuenta de que Glaxo tampoco figura entre sus inversores.
En conclusión, no existe evidencia de vínculos entre la farmacéutica Pfizer y el Laboratorio de Wuhan que puedan dar fe de un potencial conflicto de interés que perjudique a los receptores de la vacuna. Por no mencionar que las pruebas de que el virus fue creado en laboratorio no cumplen con los estándares de rigor mínimos y han sido fuertemente desacreditadas por la comunidad científica para ser tomados en serio.
Fuente: BioBioChile