Las autoridades de México y varios países de Centroamérica enfrentan una nueva preocupación, además del coronavirus. Las langostas voladoras se han convertido en una plaga que amenaza la agricultura local, al comer cultivos de granos básicos y unas 400 especies de plantas.
Pesa apenas dos gramos pero consume a diario su peso entero en material fresco y está dejando en vilo a Mesoamérica. La langosta centroamericana ha alcanzado el estado de plaga en cuatro países, México, Guatemala, Belice y El Salvador, y amenaza con desplazarse en las próximas semanas hacia países vecinos.
RFI habló con Efraín Medina, director ejecutivo del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), uno de los organismos que monitorea esta plaga. Trabaja con los gobiernos y el sector privado para controlarla.
“Es una langosta endémica de Centroamérica. De 1945 a 1950 tuvo efectos devastadores y destruía toda clase de cultivos que encontró a su paso: gramínias, pastizales, frijol, hortaliza y árboles frutales”, cuenta.
Hoy hay inicios de brotes en las mismas regiones que hace 70 años y los países en cuestión han puesto en marcha planes de acción. “No está totalmente controlado, pero creemos que sí es controlable”, dice Efraín Medina, y explica que el desarrollo del insecto se encuentra todavía en sus primeras etapas y no puede volar.
Millones de insectos recorriendo 150 kilómetros diarios
Para erradicar, se usan bombas de mano, cuando los brotes son pequeños, “pero también se preparan aspersiones aéreas”. En agosto, los insectos llegarán a su edad adulta. Podrán volar. “Y sobre todo, ovipositar la siguiente generación”, explica el investigador.
Dice también que las nubes que se forman pueden ser de varios millones de insectos voladores. “Que vuelan a una velocidad de 150 kilómetros diarios”, afirma el ingeniero.
Si no se logra controlar la plaga, las langostas voladoras podrían poner en peligro la seguridad alimentaria de los habitantes de la región que, en gran parte, viven de la agricultura.
Fuente: BioBioChile