El ministro de Salud, Jaime Mañalich, en el balance diario desde La Moneda sobre el avance del coronavirus en el país, aseguró que volverán a contabilizar sólo los fallecidos que tengan un examen positivo de PCR.
Lo anterior, pese a que el 1 de junio pasado habían anunciado que, para adaptarse a los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), iban a considerar también a aquellos fallecidos con un PCR pendiente (a la espera del resultado).
En ese contexto, el miércoles 3 de junio entregaron el primer reporte con dicho criterio, en el que dieron cuenta de 87 decesos, de los cuales 33 correspondían a personas con síntomas que perdieron la vida con un test de PCR pendiente.
En rigor, la OMS, en un documento del 16 de abril, decía que el virus debe ser “registrado en el certificado de defunción para todos los decesos que la enfermedad ha causado, o se asume que ha causado, o ha contribuido, a la muerte”.
Ante esto, Cristóbal Cuadrado, secretario técnico del Departamento de Políticas de Salud y Estudios del Colmed, enfatizó en que “en la práctica no ocurrió ningún cambio de criterio”, pues las personas que están siendo incorporadas en los registros por las autoridades son cualquier persona que tenga un certificado de defunción con coronavirus como causa de muerte y, además, una prueba PCR confirmada, aseguró.
En definitiva, “no han existido los cambios de criterios que son necesarios”, subrayó.
Con todo, Mañalich se excusó ante la desconfianza que genera en la ciudadanía los sucesivos cambios de metodología: “Evidentemente y desgraciadamente esta es una pandemia de la cual todos los países están aprendiendo todos los días y evaluando los criterios que se deben usar. Creemos sinceramente, y así está reconocido por autoridades internacionales, que la forma de registro que tenemos nosotros es de una completa transparencia”.
Sistema de conteo manual y desordenado
No obstante, hay mecanismos de conteo que sí cambiaron, explicó Cuadrado. “¿Qué es lo que sí ocurrió? Ocurrió un cambio en la forma en que se utilizan las fuentes de información para aplicar el criterio de persona fallecida por Covid-19”.
Antes el proceso era manual. A los certificados de defunción se les sacaba una foto, se enviaba con copia a un mail del gabinete del ministro y, adicionalmente, se hacía lo mismo para los exámenes PCR: le pedían a las Seremi de Salud que enviaran las PCR confirmatorias de los casos.
“Un mecanismo de este tipo evidentemente es muy falible y generaba un subreporte de casos importante, dado primero porque no llegaban todos los documentos de todos los pacientes y, segundo, porque además existía un desfase en muchas pruebas de PCR con los fallecidos, que luego no eran ratificados de forma retrospectiva”.
“Es una nueva forma de utilizar las fuentes de información que hace más confiable el registro. Teníamos una situación que es bien escandalosa en la cual habían prácticamente 600 personas fallecidas que ni siquiera estaban siendo contabilizadas por un desorden en la manera que se llenaban las estadísticas por parte de la autoridad”, acusó Cuadrado.