La familia de la médica sorprendida el pasado sábado intentando entrar al Jumbo del Alto Las Condes a sabiendas de ser un caso positivo por coronavirus, se defendió de las acusaciones que motivaron una querella del Gobierno.
El suceso fue protagonizado por María Mireya Dañobeitía, de 62 años; su esposo Marco Bravo y uno de sus hijos. El matrimonio conversó con el vespertino La Segunda e indicó que la mujer se encontraba justo en el día 14 desde que fue emitida su licencia médica por Covid-19.
Recordemos que ellos fueron sorprendidos intentando entrar al supermercado y fue personal de Integramédica el que alertó del diagnóstico de la mujer, motivando la presencia de Carabineros.
Los hechos
Según señaló Bravo, los uniformados que los controlaron no los dejaron hablar y que ellos portaban los permisos correspondientes solicitados en la Comisaría Virtual para desplazarse en cuarentena.
“Nosotros los mostramos, pero Carabineros no nos dejó hablar. Nos decían que no les mostráramos nada porque estábamos infringiendo la norma. No tuvimos derecho a pataleo”, señaló.
Agregó que “si el sistema nos hubiese dicho usted no puede salir porque tiene contacto con Covid positivo, no le quepa ninguna duda que no hubiésemos salido”.
Consulta
Bravo confirmó que Dañobeitía asistió al Integramédica del mall para que un médico certificara que podía volver a trabajar. Según el periódico, se dedica a la fiscalización de licencias médicas en la administración pública.
En la consulta, le dieron siete días más de licencia.
“La única falta de ella puede haber sido que salió al límite que terminara su licencia. Esa es la única falta que reconocemos. Pero fue para ir al médico y confirmar que hoy podía volver a trabajar”, agregó el marido.
Bravo añadió que el problema se suscitó cuando él se dirigió al supermercado y su mujer tenía la tarjeta de crédito, por lo que ella salió de Integramédica para pasarle el plástico.
“Ella conoce perfectamente la situación, porque es médico. Había tomado todas las precauciones: mascarilla, alcohol gel… pero al intentar ingresar para ubicarme la detuvieron. El argumento que le dieron es que solamente podría ingresar una persona por familia, pero en el supermercado habían grupos comprando. Otro guardia me repitió la misma versión. Entonces, aparece otra persona y le dice que no puede entrar porque está diagnosticada con Covid-19”, relató.
Defensa
Por su parte, Dañobeitía se defendió de las acusaciones e insistió en lo dicho por su esposo. “El primer médico me dijo que con los días de cuarentena eran suficientes. Pero por ser médico soy más responsable… tengo que tener un papel en la mano que me diga que estoy sana. Por eso me dirigí allá. De hecho no se pide ningún papel: cuando uno cumple los 14 días puede salir. Mi licencia tiene fecha 14 de marzo”.
Agregó que el profesional que la atendió en Integramédica la vio bien y por seguridad ella le pidió realizarse una radiografía, y que por eso le extendió la licencia por 7 días ya que por la contingencia hay poco personal para realizarlas.
“No está saliendo todo rápido. A mi marido y mi hijo les hicieron el examen para saber si tienen coronavirus hace 12 o 13 días y todavía no tienen el resultado. De todas maneras todos hicimos la cuarentena”, añadió.
La familia se mostró confiada en las pruebas con las que cuentan para sortear el proceso judicial que podría hallar a la mujer culpable del delito de poner en peligro la salud pública, con penas de cárcel que oscilan entre los 61 y 540 días; y multas que van desde las 6 a las 20 UTM, o sea, entre $300 mil y $1 millón.
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