Muchas personas esperan que la felicidad las encuentre, cuando realmente puede estar a tan solo unos pocos pensamientos positivos de distancia. La felicidad es una opción que todos podemos elegir y existen varias técnicas simples para intentar alcanzarla.
Lo que la ciencia opina de la felicidad
“Los estudios revelan que uno controla su propia felicidad. Todo está conectado a la personalidad, a los pensamientos y a los comportamientos que pueden cambiarse”, explica Stacy Blackburn, médica familiar del Sistema de Salud de Mayo Clinic.
Pese a que algunos creen que conseguir el empleo anhelado o conducir un auto lujoso trae mucha alegría, por lo general, ese no es el caso. La gente que tiene dinero, belleza o menos estrés no es, en promedio, más feliz que los demás.
Esto es bueno para muchos, porque hay maneras de llevar una vida más feliz que no dependen del ingreso económico ni de la apariencia física.
Blackburn explica que, al parecer, las personas felices construyen su vida alrededor de estos cinco pilares:
– Apreciar lo que uno tiene.
– Dedicar tiempo a la familia y los amigos.
– Tener un propósito en la vida.
– Vivir el momento.
– Mantener una perspectiva optimista.
– Preferir el optimismo
El optimismo es un aspecto de la vida sobre el cual tenemos absoluto control. Ser optimista significa ver la situación desde el lado positivo, en lugar del negativo. Es fácil que los pensamientos negativos tomen el control, pero no necesariamente tienen que hacerlo, pues hay formas de controlar el pesimismo aunque uno no sea de naturaleza optimista.
Blackburn sugiere que para combatir esos pensamientos negativos, primero hay que reconocerlos y hacerse las siguientes preguntas:
– ¿Es la situación realmente tan mala como me parece?
– ¿Se puede ver la situación de otra manera?
– ¿Qué puede enseñarme esta experiencia para aplicar en el futuro?
– Invertir en las relaciones personales
Las relaciones personales son un componente importante de la felicidad. ¿Cuán fácil es para usted pensar en alguna amistad que siempre le hace reír? Cuando uno se rodea de gente feliz, es factible que se nos pegue la felicidad de ellos y que mejore nuestro estado de ánimo.
Blackburn anota que los estudios plantean que las relaciones personales son las más significativas y las que mayor sentido dan a la vida.
Es fácil tomar por descontado a familiares y amigos, pero ellos son los que suelen acompañarnos en las buenas y en las malas. Por ello, es importante invertir tiempo en esas relaciones personales y devolverles la felicidad que nos dan.
Ser amables al hablar y actuar con esas personas especiales en la vida de uno y demostrarles nuestro aprecio ayuda a que seamos más felices.
Expresar gratitud
La gratitud consiste en maravillarse por la vida, apreciarla y agradecerla. Tomarse unos minutos al día para reconocer las cosas buenas de la vida y apreciar lo que uno tiene ayuda a practicar la gratitud.
No tiene que ser complicado, sino algo tan sencillo como tomar un minuto a diario para identificar al menos una cosa que enriquece nuestra vida. Practique para reemplazar los pensamientos ingratos por otros de agradecimiento. Intente también practicar la gratitud antes de quedarse dormido por la noche y al despertar por la mañana.
Descubrir un propósito
La gente que lucha por alcanzar una meta o cumplir una misión es más feliz que quienes no tienen esas aspiraciones. Las metas aportan un propósito, mejoran la autoestima y juntan a la gente. La meta en sí misma no importa, siempre y cuando nos acerque más a una vida feliz.
“Vincular las actividades diarias con el significado y el propósito duradero de la vida ayuda a sentir más satisfacción”, añade Blackburn. Algunas personas se dedican a actividades que disfrutan, mientras que otras no.
Si desea encontrar un propósito, hágase estas preguntas:
¿Qué me emociona y me llena de energía?
¿Cuáles logros me enorgullecen más?
¿Cómo quiero que los demás me recuerden?
Práctica
Si bien todos los consejos antes mencionados ayudan a ser más feliz, la práctica es la clave para alcanzar la felicidad. Recuerde que todo, o sea, sus elecciones, sus pensamientos y sus acciones, influyen sobre su felicidad. Con el tiempo, el esfuerzo por cultivar el optimismo y expresar la gratitud puede convertirse en un simple hábito.
Vivir el momento
“No espere a que la dicha llegue el día en que usted esté menos ocupado o estresado, porque ese momento puede no llegar jamás. Busque a lo largo de todo el día la oportunidad de disfrutar de los placeres pequeños de la vida y concentre su energía en las cosas positivas del presente, en vez de darle vueltas al pasado o de preocuparse por el futuro”, concluye Blackburn.
Muchas personas esperan que la felicidad las encuentre, cuando realmente puede estar a tan solo unos pocos pensamientos positivos de distancia. La felicidad es una opción que todos podemos elegir y existen varias técnicas simples para intentar alcanzarla.
Lo que la ciencia opina de la felicidad
“Los estudios revelan que uno controla su propia felicidad. Todo está conectado a la personalidad, a los pensamientos y a los comportamientos que pueden cambiarse”, explica Stacy Blackburn, médica familiar del Sistema de Salud de Mayo Clinic.
Pese a que algunos creen que conseguir el empleo anhelado o conducir un auto lujoso trae mucha alegría, por lo general, ese no es el caso. La gente que tiene dinero, belleza o menos estrés no es, en promedio, más feliz que los demás.
Esto es bueno para muchos, porque hay maneras de llevar una vida más feliz que no dependen del ingreso económico ni de la apariencia física.
Blackburn explica que, al parecer, las personas felices construyen su vida alrededor de estos cinco pilares:
– Apreciar lo que uno tiene.
– Dedicar tiempo a la familia y los amigos.
– Tener un propósito en la vida.
– Vivir el momento.
– Mantener una perspectiva optimista.
– Preferir el optimismo
El optimismo es un aspecto de la vida sobre el cual tenemos absoluto control. Ser optimista significa ver la situación desde el lado positivo, en lugar del negativo. Es fácil que los pensamientos negativos tomen el control, pero no necesariamente tienen que hacerlo, pues hay formas de controlar el pesimismo aunque uno no sea de naturaleza optimista.
Blackburn sugiere que para combatir esos pensamientos negativos, primero hay que reconocerlos y hacerse las siguientes preguntas:
– ¿Es la situación realmente tan mala como me parece?
– ¿Se puede ver la situación de otra manera?
– ¿Qué puede enseñarme esta experiencia para aplicar en el futuro?
– Invertir en las relaciones personales
Las relaciones personales son un componente importante de la felicidad. ¿Cuán fácil es para usted pensar en alguna amistad que siempre le hace reír? Cuando uno se rodea de gente feliz, es factible que se nos pegue la felicidad de ellos y que mejore nuestro estado de ánimo.
Blackburn anota que los estudios plantean que las relaciones personales son las más significativas y las que mayor sentido dan a la vida.
Es fácil tomar por descontado a familiares y amigos, pero ellos son los que suelen acompañarnos en las buenas y en las malas. Por ello, es importante invertir tiempo en esas relaciones personales y devolverles la felicidad que nos dan.
Ser amables al hablar y actuar con esas personas especiales en la vida de uno y demostrarles nuestro aprecio ayuda a que seamos más felices.
Expresar gratitud
La gratitud consiste en maravillarse por la vida, apreciarla y agradecerla. Tomarse unos minutos al día para reconocer las cosas buenas de la vida y apreciar lo que uno tiene ayuda a practicar la gratitud.
No tiene que ser complicado, sino algo tan sencillo como tomar un minuto a diario para identificar al menos una cosa que enriquece nuestra vida. Practique para reemplazar los pensamientos ingratos por otros de agradecimiento. Intente también practicar la gratitud antes de quedarse dormido por la noche y al despertar por la mañana.
Descubrir un propósito
La gente que lucha por alcanzar una meta o cumplir una misión es más feliz que quienes no tienen esas aspiraciones. Las metas aportan un propósito, mejoran la autoestima y juntan a la gente. La meta en sí misma no importa, siempre y cuando nos acerque más a una vida feliz.
“Vincular las actividades diarias con el significado y el propósito duradero de la vida ayuda a sentir más satisfacción”, añade Blackburn. Algunas personas se dedican a actividades que disfrutan, mientras que otras no.
Si desea encontrar un propósito, hágase estas preguntas:
¿Qué me emociona y me llena de energía?
¿Cuáles logros me enorgullecen más?
¿Cómo quiero que los demás me recuerden?
Práctica
Si bien todos los consejos antes mencionados ayudan a ser más feliz, la práctica es la clave para alcanzar la felicidad. Recuerde que todo, o sea, sus elecciones, sus pensamientos y sus acciones, influyen sobre su felicidad. Con el tiempo, el esfuerzo por cultivar el optimismo y expresar la gratitud puede convertirse en un simple hábito.
Vivir el momento
“No espere a que la dicha llegue el día en que usted esté menos ocupado o estresado, porque ese momento puede no llegar jamás. Busque a lo largo de todo el día la oportunidad de disfrutar de los placeres pequeños de la vida y concentre su energía en las cosas positivas del presente, en vez de darle vueltas al pasado o de preocuparse por el futuro”, concluye Blackburn.
Fuente: BioBioChile.cl