Pero hay otro argumento no menos importante a favor del jabón: como afirman muchos dermatólogos, un jabón especial para “cabello” es mucho más beneficioso para el cuero cabelludo que el champú hecho con ingredientes “químicos”. ¿Es así?
¿Champú o jabón sólido?
Para empezar, aclaremos. Hay champús líquidos, sólidos y secos (se trata de polvos o aerosoles que generalmente se usan cuando no es posible lavarse el cabello de la manera habitual). El champú sólido difiere del champú líquido, por regla general, solo en consistencia, pero no en composición, explica Cosmin Katko, de Nuremberg. El experto en la fabricación de jabones aconseja leer detenidamente la lista de ingredientes en la envoltura.
Según Katko, una nueva tendencia tiene gran demanda: el llamado “jabón de champú”, hecho, a diferencia del champú ordinario, sin impurezas sintéticas. Estos productos se componen de aceites y aditivos de origen natural.
El jabón para el cabello con un índice de acidez de 5.5 a 7pH no debe confundirse con el jabón de tocador común para lavarse las manos y el cuerpo (indicador de pH de 9 a 10), dice Ernst Tabori.
El “champú” difiere del jabón común también en una composición especialmente seleccionada de aceites: aquellos que no dejan placa en el cabello y tienen un efecto particularmente beneficioso en el cuero cabelludo. El porcentaje de aceites en exceso que permanecen “insaponificables” en este jabón es mucho menor: después del lavado, el cabello gana brillo y no se ve “grasiento”.
Renacimiento del jabón
La popularidad actual de los jabones en Alemania se puede llamar con seguridad un “renacimiento”, dice la vendedora Elfriede Dambacher, citando una creciente variedad de opciones.
Si antes se podía comprar jabón hecho a mano solo en tiendas especializadas en cosmética natural, hoy se incluye en el surtido de muchas tiendas de perfumes. En las grandes cadenas de tiendas alemanas, se ofrece alrededor de una docena de variedades diferentes de dicho jabón.
Sin embargo, es poco probable que el jabón de champú se convierta en el producto de un consumo realmente masivo, según cree Elfride Dambacher. Después de todo, las personas son fieles a sus hábitos, y durante varias generaciones han creído que solo después de lavarse con un champú espumoso se lava el cabello de verdad y luego se peina más fácilmente.
Fuente: BioBioChile.cl