Pasado el mediodía de este lunes, el presidente Sebastián Piñera concretó el tercer cambio de gabinete de su segundo mandato, el que marcó la salida del titular de Interior, Andrés Chadwick, quien fue reemplazado por Gonzalo Blumel, el exministro secretario general de la Presidencia.
Tras la ceremonia, el Mandatario dijo lamentar la pérdidas de vidas humanas durante el estallido social, bajo el Estado de Emergencia, lo que catologó como “lo más doloroso”.
“Expreso mi total condolencia y solidaridad con los familiares de aquellos que perdieron sus vidas. Nuestros pensamientos y nuestras oraciones están con ustedes”, dijo el jefe de Estado.
“Esta violencia no debe ser jamás aceptada en una sociedad civilizada y debe ser frontalmente condenada por todos los demócratas y debidamente sancionada por la justicia con todos los instrumentos del Estado de Derecho y con total respeto a los Derechos Humanos”, añadió.
“La democracia no solo tiene el derecho, tiene también el deber de defenderse de sus adversarios utilizando todos los instrumentos que el orden democrático le otorgan, respetando por cierto en todo momento los Derechos Humanos”, agregó.
En línea con lo anterior, el jefe de Estado afirmó que se debe modernizar y fortalecer las instituciones democráticas, junto con el sistema de inteligencia y de seguridad.
Además, indicó que tanto el Gobierno como las Fuerzas Armadas y de Orden, ambos altamente criticados durante la emergencia, tienen un “sólido compromiso” con los Derechos Humanos, “y si se han cometido atropellos y vulneraciones, estas están siendo investigadas por la Fiscalía y deberán ser resueltas por la justicia”, sostuvo.
No obstante, dijo reconocer y agradecer la labor de los uniformados en cuanto al restablecimiento “del orden público”.
Piñera también señaló que La Moneda le ha dado todas las facultades correspondientes al Instituto de Derechos Humanos y destacó la llegada de misiones de la ONU y de Human Rights Watch al país a modo de transparencia “porque no tenemos nada que ocultar”.
Demandas
En su alocución tras concretar los cambios y juramentar a los nuevos miembros de su gabinete, Piñera habló de las demandas que han manifestado los chilenos en las calles a través de marchas “pacíficas con millones de chilenos a lo largo y ancho de nuestro país”.
“Nuestro Gobierno ha escuchado el mensaje fuerte y claro, que piden un Chile más justo y solidario, con más dignidad y sin abusos, con mayor igualdad de oportunidades y menos privilegios y también uno más próspero”, dijo.
“Para esto es fundamental actuar con responsabilidad, fortalecer la capacidad de crecimiento, que es el que genera más empleo, salarios y pensiones, permite un sistema social y esto es lo que financia el gasto público y social”, aseveró.
De esta manera, Piñera explicó que la agenda social que presentó se debe hacer con “seriedad, sin populismos y sin demagogia” para lograr una “vida mejor”, aunque llamó a no adueñarse del mensaje de las convocatorias pacíficas para usarlo con otros fines.
Junto con ello, volvió a destacar el fin de la agenda de 10 puntos que propuso como forma de apaciguar las intranquilas aguas que debió navegar la semana pasada, proyecto que tildó como “amplio, exigente, profundo y con preocupación por los más vulnerables, las mujeres, la clase media y los adultos mayores”, finalizó.