Entre 2014 y 2018, las licencias de conducir emitidas a extranjeros aumentaron un 192%, de 12.925 a 37.716, lo cual se explica ante el déficit de choferes que existe en el país y la oportunidad laboral que les significa a quienes vienen llegando al país.
De hecho, en menor medida, el fenómeno también se replica entre nacionales, con una crecida de 83% entre 2014 y 2018, desde 815.187 a 1.494.901.
José Luis Domínguez, subsecretario de Transportes, explicó a El Mercurio que la situación es un reflejo de la realidad que vive el país, considerando que hace cinco años “vivían cerca de 490.000 personas extranjeras en Chile y a fines de 2018 la cifra llegaba a más de 1.250.000”.
El alza, tanto en chilenos como extranjeros, ha sido particularmente alta en el segmento de Clase A: entre nacionales subió 347% desde 69.984 (2014) a 313.009, mientras que entre foráneos llegó al 550% de 698 a 4.537.
Dicha situación viene de la mano con el “déficit de conductores profesionales en el rubro de transportes”, según señaló la autoridad, por lo que ve con buenos ojos el aumento. De hecho, explicó, alcanza entre el 8% y 9% sólo en Santiago, lo que equivale a 1.800 puestos de trabajo.
A ese interés se suma que las remuneraciones en el rubro de “transporte de pasajeros, en promedio, debe tener un salario líquido de 750.000 pesos hacia arriba”, remarcó Álvaro Miranda, director de Transporte y Logística de la Utem.
Por su parte, las estimaciones de Alberto Escobar, gerente de movilidad del Automóvil Club de Chile, son aún más generosas en el transporte de carga, con un ingreso que “está generalmente por sobre el millón de pesos”.
Eso sí, el proceso no es tan simple. Para optar a una licencia clase A es necesario tener al menos 20 años y dos años de experiencia con la licencia clase B, la cual se puede obtener tras realizar un curso obligatorio y rendir las evaluaciones ante la municipalidad correspondiente a la comuna de residencia.
En el caso de las licencias clase B, que tuvieron un aumento de 52% y 151% en nacionales y extranjeros respectivamente, la crecida se explica en los serivicios de movilización mediante aplicaciones.
“Han transformado a los vehículos en un motor laboral, lo que hace cuatro años atrás no pasaba. Hoy, tener esa licencia les significa a algunos poder tener trabajo”, explicó Miranda.