Actualmente, el Senado tiene una cuenta corriente paralela de casi $1.000 millones que nunca fue informada a la Dirección de Presupuestos (Dipres) del Ministerio de Hacienda, la que a la fecha solo cuenta con $200 millones, según revelaron los resultados obtenidos por una mesa que busca vigilar el desempeño de diferentes unidades internas como también de los procedimientos financieros.
Aquello gatilló la realización de un sumario interno, acción que fue ordenada el viernes tras la firma del secretario general de la Corporación, Raúl Guzmán, a modo de identificar el “origen y destino” de los dineros.
En conversación con El Mercurio, el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), aseguró que la instancia detectó “situaciones anómalas que no pueden ser toleradas y que hemos dispuesto se terminen a la brevedad”.
La irregularidad fue puesta en conocimiento de los integrantes de la Comisión de Régimen Interno, quienes ya recibieron parte de los antecedentes en el marco de la indagación que liderará el fiscal interno del Senado, el abogado Javier Norero.
La revisión de la mesa consideró las acciones financieras realizadas hasta 2015, año en el cual se habría cambiado el servidor de almacenamiento de información del Senado.
En este caso, eventualmente, se podría configurar el delito de malversación de caudales públicos ya que la Dipres es la única unidad encargada de autorizar la existencia de cuentas paralelas a algún presupuesto oficial.
Sumado a ello, ninguna institución pública puede traspasar dineros de un presupuesto para el del año siguiente.