Plásticos Mendoza, la empresa que controlaba el 47% del mercado de las bolsas plásticas en el país, vive un difícil momento que recibió su broche de oro el domingo, con el fin de la entrega de bolsas plásticas en el gran comercio.
Pero como ante la adversidad sólo queda reinventarse, la compañía buscó darle un giro a su actividad invirtiendo 2.5 millones de dólares, dineros que tranquilizaron a los acreedores de la firma, la que seguirá funcionando con el 50% de sus operaciones tras un proceso de reorganización.
Según consigna Diario Financiero, para seguir a flote, adquirieron equipamiento y maquinaria de punta con el objetivo de manufacturar envases de plástico para productos de alto consumo, como lo son la toalla de papel y el papel higiénico.
No obstante, mantendrán la confección de bolsas plásticas estilo camiseta, hoy prohibidas en Chile so pena de multa por unidad entregada, para exportarlas a Perú.
Plásticos Mendoza tiene acreencias por $11.000 millones, principalmente con proveedores extranjeros e instituciones financieras, deuda que cuenta con un año de gracia y otros diez para ser saldada.
Actualmente, la compañía tiene una planta de 90 trabajadores, quienes -en sus labores diarias- no podrán operar la maquinaria utilizada con anterioridad para elaborar bolsas en la confección de otros productos, motivo por el cual ésta será liquidada.