“No creo mucho en las coincidencias. Creo que fue una señal, un aviso previo. Suelen pasarme a mí este tipo de cosas”, cuenta Larenas a BioBioChile, ocho meses después del diagnóstico que cambió su vida: “cáncer gástrico en etapa 4, en la parte alta del estómago”.
“Lo vi inmediatamente como una oportunidad de salir del clóset también, porque yo soy muy bajo perfil. Dije filo, esto hay que hacerlo público, y ese es el mensaje que yo quiero transmitir como persona. Lo vi como la oportunidad de tener un espacio para hablar del tema de verdad, con realismo, sin caer en clichés ni dramas… Es lo que estábamos haciendo, pero no tenía el realismo que tiene ahora”, cuenta.
Para efectos del guion, la autora registró su propio tratamiento en bitácoras de texto y audio, aunque no sólo los aspectos médicos, también los personales. “Además, las quimioterapias hacen que te olvides de varias cosas… Más que la bitácora, me pasaban las cosas y yo agarraba inmediatamente el teléfono y mandaba los mensajes: me está pasando esto, tuve ‘LA’ escena del momento, estuve con mis hijas, etc”, agrega .
En Amar a Morir, el cruce entre ficción y realidades una constante. “Hay diálogos que son pegados a la realidad, otros que hemos ficcionado”, cuenta la autora. Como cuando el doctor le dijo: “el cáncer traspasó las paredes del estómago”, una frase real que se escuchará íntegra y textual en la nueva teleserie de TVN.
(Pregunta): Pocas veces una guionista está tan directamente involucrada en una teleserie. ¿Cómo has sentido este proceso de exposición?
(Respuesta): Me enorgullece que se rescate el oficio… Esto es un trabajo de equipo. El mismo César Opazo (director de la teleserie) me dice: “Estoy inspirado en ti”. Pero el trabajo de escritura no es sólo mío. Yo estuve meses sin escribir, porque no podía. Pero estuve presente, con los audios, explicando mi tratamiento. La parte de la enfermedad, es lo más realista posible.
(P): ¿Cuáles son las ideas que quieres traspasar en la teleserie a partir de tu experiencia?
(R): (La teleserie) tiene que ver con cómo enfrentar la vida. Desde mi parte por lo menos, el cambio que a mí me provocó todo esto fue como la oportunidad que tienes para vivir, para darte cuenta qué has hecho con tu vida, cuánto tiempo has perdido… A cualquiera le puede pasar, pero no es el fin del mundo. Es una enfermedad, es duro pero hay que tratarlo como una enfermedad… Ese mensaje siempre quisimos transmitir. Es el mensaje de la vida: no importa lo que te pase, nada te puede impedir eso.
(P): ¿Es más una historia de risas o de lágrimas?
(R): De mucha luminosidad… Hay un lado de comedia bien entretenido. Los personajes secundarios están notables, esta es una de las teleseries más bonitas que he hecho.
(P): ¿En qué etapa estás de tu tratamiento médico?
(R): Estoy empezando una tercera vía de tratamiento que no tengo clara, porque la primera no funcionó. Con quimios muy fuertes que duraban como 50 horas cada 15 días, y cuando tuve el primer chequeo tuve una metástasis, así que dejamos de lado ese tratamiento. Empezamos con quimioterapia, quimios más suaves, y en el último examen que me hice después de dos meses el tratamiento tampoco estaba funcionando… Si bien controlé el tumor primario para que no se extendiera más, aparecieron metástasis.
(P): ¿Te has inclinado por terapias alternativas? ¿Cómo afrontas la enfermedad después de estos primeros meses?
(R): (He intentado) de todo, porque es un pronóstico de mierda. No hay quimio, no hay nada, sólo terapias paliativas para mejorar la calidad de vida y ganar más tiempo… Después que me dijeron ‘terapia paliativa’, dije: si no hay (terapia) clínica, esto lo tengo que solucionar por fuera. Mi intención es pelearla. Si hay que viajar, viajamos. Donde sea, vamos.
Fuente: BioBioChile
