Se acerca el Día del niño y con él la preocupación para sus más cercanos de cómo agasajarlos y hacerlos pasar un momento especial. Si bien es cierto ésta es una celebración que surgió con el sentido de promover el bienestar y los derechos de los niños, también es una instancia para entregar regalos a los más pequeños.
Prueba de ello es que las vitrinas se repletan de juguetes y la publicidad nos bombardea con información sobre las últimas novedades en muñecas, superhéroes, bicicletas y un sinfín de objetos que prometen mantener entretenidos a los niños por largo tiempo. Sin embargo, no siempre son las mejores alternativas para potenciar su desarrollo integral.
Como alternativa podemos optar por presentes que contribuyan a desarrollar diversas capacidades en los niños como la percepción, atención, memoria, imaginación y la fantasía; y que además les permitan adquirir hábitos y normas referentes al comportamiento y al respeto hacia los demás. De ahí la importancia de que los padres aprovechen esta instancia para entregarles algo que les ayude a educarlos, potencie su creatividad y les enseñe valores de manera divertida.
Elegir juguetes educativos, que se adapten a su nivel de desarrollo, para que no se genere frustración en el niño. Por ejemplo, a partir de los 3 años son ideales las piezas de manipulación y construcción de figuras abstractas, encajables y apilables que pueden ser de plástico o madera.
En el periodo de los 4 a 5 años se puede optar por todo lo que le permita al niño realizar juego de roles como disfraces u objetos relacionados con una actividad determinada a través de cual el pequeño se mantendrá entretenido y a su vez permitirá a los padres darse cuenta de los estados emocionales de sus hijos, ya que en un espacio lúdico representará su realidad y lo que le pasa internamente. En este caso, también, se puede pensar en los conocidos mundos en miniatura, es decir, aquellos que emplean muñecos de animales, personajes en dimensiones reducidas, para representar la vida real, con los que se pueda montar una pequeña granja o un pueblo en el que acontezcan distintas historias.
Otros aspectos importantes que se pueden potenciar en la etapa inicial de un niño son el equilibrio y los movimientos gruesos y finos, para lo cual son buenas alternativas los triciclos, bicicletas, scooters o patines, siempre con los elementos de seguridad acordes a cada actividad; y para la motricidad fina se puede elegir plasticina, tempera o lápices de colores, entre otros elementos.
Verónica Guzmán
Directora Educación Parvularia UDLA
