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Totoral y Alto del Carmen buscan liderar elaboración de hortalizas deshidratadas

logitoCerca de 60 productores de ambos sectores participan del proyecto de INIA que busca capacitarlos en la elaboración y comercialización de este innovador alimento.

La deshidratación de hortalizas es una interesante opción de producción de alimentos tipo snack, de consumo rápido, práctico y saludable para las personas. Por ello, hortaliceros de la región quieren interiorizarse en su elaboración aprovechando que este producto aún no está masificado en el mercado. El programa “Caracterización de las propiedades funcionales de hortalizas frescas y deshidratadas mediante energía solar en la región de Atacama, como estrategia de agregación de valor a estos productos”, llevado a cabo por INIA y financiado por el Gobierno Regional, enseña a agricultores a deshidratar hortalizas como tomate, zapallo italiano, ají y berenjenas, entregando un producto novedoso y de calidad.

Precisamente, en el sector de Totoral, uno de los más afectados por el déficit hídrico, esta iniciativa ha despertado el entusiasmo de todos. Alejado de los grandes centros neurálgicos de la región, Totoral subsiste básicamente de la agricultura y ahora buscan proyectarse en el negocio de las hortalizas deshidratadas. En esta localidad participaron alrededor de 25 productores a los cuales se les dio a conocer el proyecto con una presentación a cargo de la Ingeniero en Alimentos de INIA, Daniela Leiva, y posteriormente la profesional Karolina Perez se encargó de mostrarle a los presentes el uso del deshidratador directo.

Esta instancia demostrativa se replicó para productores de la comuna de Alto del Carmen, quienes visitaron el Centro Experimental INIA Huasco, donde asistieron 35 agricultores provenientes del valle del tránsito. Cabe estacar que esta zona cumple con condiciones climáticas favorables para la elaboración de hortalizas deshidratadas, lo que aumenta el interés de los agricultores de implementar este sistema productivo. Además, para ellos significa una alternativa de conservación de alimentos, que les permitirá guardar parte de la cosecha con el fin de darle un valor agregado a su producción y tener nuevas alternativas de comercialización.

Verónica Arancibia, Directora del proyecto, se mostró muy satisfecha por el interés que está generando esta iniciativa en la región. “Como INIA queremos entregar a los agricultores todas las herramientas necesarias para que puedan rentabilizar al máximo su labor. Por otra parte, el proyecto considera la evaluación de las propiedades funcionales de la hortalizas en estudio, por lo que si se corrobora su poder funcional, tendremos un nuevo producto diferenciado para Atacama”.

En tanto, Karina Jorquera, productora del sector de Totoral, confía en este método para diversificar su producción. “La verdad es que estamos impresionados por este sistema que permite elaborar un alimento con valor agregado utilizando una cantidad de agua mínima. Estamos viendo el tema de la implementación porque nos parece interesante, sobre todo por el momento en que estamos porque perdimos gran parte de nuestra producción después de los aluviones”, expresó la agricultora.

El programa “Caracterización de las propiedades funcionales de hortalizas frescas y deshidratadas mediante energía solar en la región de Atacama, como estrategia de agregación de valor a estos productos”, es financiado con fondos de innovación para la competitividad del Gobierno Regional de Atacama y se espera que beneficie a más de mil personas en la región.

¿Cómo se deshidratan las hortalizas?

El primer paso de este proceso es seleccionar las hortalizas que estén en su punto óptimo de maduración, sin golpes ni partes dañadas. Una vez lavadas, se pelan y se eliminan las zonas no deseadas. A continuación, se cortan en rodajas o cubos y se escaldan para inactivar las enzimas. Así el producto estará listo para el secado.

Los alimentos se pueden exponer al sol y al aire, desecarlos en el horno o usar un moderno deshidratador. La desecación se realiza a una temperatura que oscila entre 55ºC y 60ºC, de cuatro a diez horas. La cantidad de producto y su acuosidad determinan la duración del proceso. Hay que conseguir un contenido final en agua del 4% al 8%. Una vez alcanzado, los productos se dejan enfriar, para luego empaquetar y almacenar.

 

 

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