¿Has escuchado hablar alguna vez de la hipersexualidad? Si tu respuesta es negativa te contamos que es un trastorno caracterizado por el aumento repentino o la frecuencia extrema en la libido o en la actividad sexual.
Según explica el medio BioBioChile, ésta se presenta en personas reprimidas sexualmente durante su adolescencia, por lo que en la adultez se les manifiestan estas ganas de mantener su deseo sexual “prendido”.
Para conseguirlo buscan distintas opciones: desde ver constantemente pornografía, tener cibersexo, amoríos casuales, por lo que terminan teniendo actitudes anormales en la intimidad y con el entorno.
Según la sexóloga y psiquiatra Fernanda Medina, este trastorno no afecta a un género definido, por lo que no se puede decir que es más común verlo en hombres que en mujeres, o viceversa, pero sí se sabe que la edad en la que se presenta es entre los 20 y 45 años.
La especialista señala que “Hoy, cada individuo tiene la capacidad de reconocer cuándo están más proclives al contacto erótico y hasta les resulta fácil determinar qué tipo de estímulos aumentan su libido. Sin embargo,cuando este deseo es periódico, y cuya potencia obliga a la persona a dejar de lado las obligaciones laborales y personales, la adicción al sexo se hace evidente”.
Medina asegura que se desconocen las causas que provocan esta adicción pero que “estudios en la materia apuntan a desórdenes en los neurotransmisores y fundamentalmente a factores emocionales, tales como:estrés, inseguridad, sentimiento de inferioridad y un fuerte temor a la humillación”, indicó la profesional.
Si te sientes identificado con este tema y crees que podrías presentar una adicción al sexo, te dejamos 11 señales que entrega esta sexóloga, para ayudar a detectarlo:
1. Se siente un deseo intenso, incómodo, que necesita ser satisfecho en forma urgente.
2. El impulso sexual va ligado a fantasías y pensamientos sucios que te mantienen excitado en todo momento.
3. La persona intenta ineficazmente controlar la conducta sexual, pero los resultados en su mayoría son en vano.
4. Existe un consumo excesivo de material pornográfico.
5. Después de llevar a cabo el acto, se presenta un sentimiento de culpa por no haber frenado el impulso.
6. Existe un deterioro y descuido de la vida laboral, social, académico y familiar.
7. Se generan gastos desmedidos en la contratación de sexo pagado.
8. No hay límites de lugar ni hora para tener llevar a cabo el acto sexual.
9. En el momento del impulso, la persona no tiene la capacidad de evaluar los riesgos asociados a su conducta, donde se presentan los posibles peligros de contraer enfermedades de transmisión sexual a la hora de intimidar con un desconocido.
10. Existe un malestar subjetivo, angustia, remordimiento, culpa, aislamiento social, ideas depresivas,intentos de suicidio, todo por no poder controlar tales impulsos adictivos.
11. Dificultades para asumir el problema: sentimientos de vergüenza que impiden compartir lo sucedido con personas cercanas o profesionales.
Si presentas algunos de estos síntomas es recomendable que busques ayuda profesional, dejando de lado la vergüenza, sobre todo si estás en pareja, pues ella también podría requerir atención.
