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Pensar distinto…

Los últimos días he sido testigo de cómo un porcentaje importante de las noticias de salud del país han estado centradas en la Ley 21.030 de Interrupción Voluntaria del Embarazo y la Objeción de Conciencia planteada por los especialistas en Ginecología y Obstetricia en especial los de Osorno y Vallenar.

Hago mención a estas localidades, porque he visto en algunos canales de televisión y twitter de autoridades políticas del país refiriéndose a Vallenar como Huasco, y si bien estamos en la Provincia del Huasco, ubicada en la Región de Atacama, la verdad es que deben referirse a la comuna de Vallenar y la postura de los profesionales del Hospital Provincial y no a la comuna de Huasco, distante a 50 km. de Vallenar.

Describo esta falta de prolijidad en la ubicación geográfica de nuestra comuna porque es un reflejo de la falta de prolijidad con que se ha tratado este tema.

He escuchado el comentario de algunas autoridades políticas y altos dirigentes gremiales de nuestro país que, de mi punto de vista, con sus expresiones demuestran un desconocimiento al menos parcial de esta ley y sus alcances. Esto, para mí, resulta hasta irresponsable ya que estas autoridades públicas y electas tienen el deber moral de emitir comentarios entregando información precisa a la comunidad, más aun cuando parte de nuestra población o al menos de la comunidad más cercana a ellos basa o define sus posturas en relación a esa opinión.

La discusión se ha centrado en la Objeción de Conciencia y en las medidas que deben tomarse con los profesionales que optaron por ello. Se ha hablado de destituciones, sumarios, y otras medidas administrativas además de la contratación de profesionales y equipos de salud para que se pueda interrumpir voluntariamente el embarazo (en las tres causales) en todos los hospitales de nuestro país.

Esto ha significado poner en tela de juicio a todos los Ginecólogos Obstetras que tomamos esta decisión. Se nos ha cuestionado como profesionales y también desde el punto de vista ético y personal. Irreproducibles son algunos comentarios que he leído en redes sociales y cómo se están organizando protestas y funas en nuestra contra, al menos en mi ciudad.

¡Todo esto por pensar distinto!

Es la primera vez que me enfrento a algo así por pensar distinto.

Para mí, pensar distinto no significa que vaya a imponer mi punto de vista.

Pensar distinto no significa que vaya a coartar la libertad de elegir del otro.

Pensar distinto no significa discriminar.

Pensar distinto nunca ha significado dejar de respetar la voluntad de la mujer cuando decida interrumpir su embarazo por alguna de las tres causales.

Pensar distinto es una opción, y para nosotros una opción asociada a un tremendo compromiso y una gran responsabilidad, ya que independiente de lo que cada uno crea o piense, jamás dejaremos de atender o asistir a nuestras usuarias (nunca lo hemos hecho) y menos si está en riesgo su vida.

Pero nadie habla de eso.

Nadie menciona que, como funcionarios públicos, independiente de lo que pesemos, estamos abocados en cumplir con la ley ya que con o sin objeción de conciencia lo importante es respetar la voluntad de la mujer y para ello hemos puesto a disposición de nuestras usuarias los mecanismos de derivación suficientes para que esa voluntad se cumpla cuando corresponda y con calidad, eficiencia y oportunidad.

Nadie ha mencionado que tan importante como el hecho puntual de interrumpir o no el embarazo, es también acompañar y estar con nuestras usuarias y sus familias, cuando ellas así lo requieran, en todo el proceso asistencial y que para ello hemos conformado un equipo psicosocial pluralista e integral que cumpla con todos los requisitos para atenderlas en las tres causales.

Si lo que describo no es preocuparse por resolver el problema a la gente no sé qué puede ser.

Para los que trabajamos en provincia, lo fundamental es resolver las situaciones de salud de la mejor manera y utilizando las redes asistenciales diseñadas para ello.

Si las redes funcionan adecuadamente, es impensable plantear el contratar a un equipo de salud destinado especialmente a resolver este tema en todos y cada uno de los hospitales del país.

Plantear esto hasta resulta injusto para un importante grupo de nuestros pacientes, que de manera mayoritaria permanentemente deben acudir a esta red asistencial para resolver sus problemas de salud.

Me refiero a los beneficiarios de la Ley Ricarte Soto, a los pacientes con Enfermedades Raras y Catastróficas, a los pacientes oncológicos que debemos trasladar a Antofagasta para hacer sus terapias, o a aquellos que deben ir a Santiago, Viña del Mar, Rancagua o Talca, a resolver su patología coronaria cuando han sufrido de un infarto, o cuando tienen embarazos con malformaciones operables y otros.

Los ejemplos sobran, tanto en número como importancia, y para ellos tampoco se cuenta con un equipo especial de profesionales que satisfagan sus demandas en salud en cada uno de los establecimientos asistenciales de muestro país.

Demás esta referirme a las amenazas de sumarios y despidos. Si se considera prudente hacerlos, pues háganlos, ¿Cuál es el problema de pensar distinto?

Yo no busco que compartan mi punto de vista. Lo que planteo es encontrar puntos de acuerdo para resolver este tema, porque en definitiva hoy lo importante no es si yo tengo o no objeción de conciencia, lo importante es hacer cumplir la ley y más que eso, lo importante es que recién en nuestro país se ha emitido una ley que por fin permita respetar la voluntad de las personas, en este caso de las mujeres respecto a sus embarazos cuando se pueda invocar alguna de las tres causales, y en Vallenar estamos abocados en respetar eso.

En esta política de los acuerdos, sobran los comentarios que tienden a demonizar a un grupo de personas que solo han hecho valer su derecho a pensar distinto, pero que por ser médicos son llevados a la palestra pública sin ninguna consideración.

Hay mucho que avanzar en nuestro país, sobretodo en inclusión y tolerancia algo extrañamente ausente en las declaraciones de aquellas personas que en el último tiempo se han expresado tan vehementemente respecto a este tema y que enarbolando la bandera de los derechos de unos no dudan en pasar por encima de los derechos de otros.

Dr. Hugo Martínez Barría

Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia
Hospital Provincial del Huasco “Monseñor Fernando Ariztia Ruiz”

Vallenar, Atacama

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